El sábado anterior tuve la oportunidad de visitar la hermosa Bahía de Caráquez, ocasión que me permitió constatar su evidente recuperación, impresión compartida por muchos ciudadanos que recordaban los momentos trágicos del último devastador terremoto.
Afloró un enorme esfuerzo por cambiar la imagen terrorífica que dejó el tremendo sismo, empieza a renacer su típico esplendor reflejado en el optimismo y alegría de sus moradores, contrario a la pesadumbre y tristeza que los dominó por casi cuatro años. Desde luego, falta mucho por hacer, pero la confianza en las ejecutorias de su alcaldesa Ingrid Zambrano y sus concejales, se mantiene intacta.
Fue enorme mi sorpresa, muy agradable por cierto, de encontrarme luego de muchos años, con el afamado intelectual manabita Dr. Universi Zambrano Romero, uno de los más brillantes hijos de Bahía, graduado de Bachiller de la República, con todos los lauros, en el centenario e histórico Colegio Eloy Alfaro, para más tarde alcanzar el doctorado en Jurisprudencia en la Universidad Central de Quito, iniciando una carrera que lo llevó a ocupar altos cargos en la función pública, destacándose en diversos campos de la política, diplomacia, la academia y el periodismo, llegando a representar al país como embajador plenipotenciario en las hermanas repúblicas de Cuba y El Salvador.
No pretendo hacer una semblanza de un personaje ampliamente conocido, faltaría espacio, sino destacar la enorme oportunidad que tiene Bahía, en el proceso de reactivación y renacimiento a la cultura que ha emprendido, para aprovechar la valía, el intelecto y experiencia de este ilustre coterráneo, ahora de regreso a la ciudad de sus ensueños, y le otorgue las facilidades para que pueda proyectar programas de formación cultural y de capacitación en las áreas que él domina, que se lo invite a integrarse activamente a la Casa de Cultura y la propia Municipalidad lo incorpore a sus planes de desarrollo intelectual, donde volcaría toda su capacidad en beneficio de la actual y futuras generaciones.
Gran honor compartir el espacio editorial de este diario con un pensador de su talla, de versadas y claras opiniones, y fue el mismo día en que tuve el privilegio de departir con él, que se publicó un artículo de su autoría sobre la migración campo-ciudad, realidad que describió con maestría. Abrigamos la esperanza que Universi, con remozadas energías, y su talentosa esposa, impulsarán la cultura manabita desde la romántica Bahía.
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