Es que el cantante de melodías como ‘Corazón partío’ está pasando por una turbulenta experiencia económica, pues de acuerdo con registros financieros, ha tenido que vender propiedades, entre ellas una mansión de lujo. Además enfrenta dos deudas que suman 10 millones de dólares. ¿Será que está en bancarrota?
De acuerdo con diario El País, el comprador de la fastuosa casa del artista, ubicada en la urbanización madrileña de La Finca (España), fue el jugador del Real Madrid Eden Hazard, quien la adquirió por un monto cercano a los $11 millones. Además, las investigaciones arrojan que el intérprete de ‘Amiga mía’ perdió una demanda de su exrepresentante Rosa Lagarrigue, y ahora deberá pagarle al menos $5 millones.
Y es que la agencia de Lagarrigue (RLM S.L) había interpuesto una denuncia contra el músico, luego de que éste salió de forma unilateral de la empresa de representación en el 2016. Además, según registros, hay una empresa estadounidense que le reclama a Sanz otros $5 millones, por lo que al sumar las cantidades, se podría estar enfrentando a una deuda de $10 millones.
Pero los problemas no paran ahí, ya que de acuerdo con diario El País, el español ha realizado cambios en la empresa que gestiona sus ingresos desde hace más de dos décadas (Gazul Producciones). Para el 2017 se desvelaron ingresos inferiores y el resultado fue negativo, con muchas pérdidas económicas. Por ello, la empresa del cantante se ha visto en la necesidad de vender parte de su patrimonio, así como la mansión de La Finca.
Los problema de dinero de Sanz habrían iniciado en junio del 2019, cuando se divorció de Raquel Perera. En dicho momento se dijo que el patrimonio del cantante era de 40 millones, pero que la separación le significaría una pérdida de 30.
De esta manera Alejandro Sanz se estaría sumando a la lista de famosos que, tras tener mucho dinero, llegaron a la crisis y luego a la bancarrota.
Un ejemplo de ello es el exboxeador estadounidense Mike Tyson, quien llegó a tener una fortuna de $300 millones, la misma que no le fue suficiente para el nivel de vida que pretendía llevar. Él se declaró en bancarrota en el 2003.
Por su parte, los también actores estadounidenses Nicolas Cage y Kim Basinger se quedaron prácticamente en la ruina tras una pésima gestión de sus fortunas.
