Actualizado hace: 943 días 18 horas 7 minutos
Diego C. Delgado Jara
Apartheid en Ecuador

El filósofo francés Roger Garaudy sostenía que en América Latina y en los pueblos pobres, como parte del proceso implacable de dominación, se asesinaban todos los días escritores, científicos, artistas; talentos formidables como los de Cervantes Saavedra, William Shakespeare, García Márquez, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Tolstoi, Dostoiyewski, Gorki, Hemingway, Stembeich, Pablo Picasso, Bethoveen, Mozart, y muchísimos otros genios singulares, con la fórmula perversa de no brindar educación, en forma planificada, a niños y jóvenes de esas sociedades.

Domingo 02 Febrero 2020 | 04:00

 El filósofo francés Roger Garaudy sostenía que en América Latina y en los pueblos pobres, como parte del proceso implacable de dominación, se asesinaban todos los días escritores, científicos, artistas; talentos formidables como los de Cervantes Saavedra, William Shakespeare, García Márquez, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Tolstoi, Dostoiyewski, Gorki, Hemingway, Stembeich, Pablo Picasso, Bethoveen, Mozart, y muchísimos otros genios singulares, con la fórmula perversa de no brindar educación, en forma planificada, a niños y jóvenes de esas sociedades. 

Por geniales que sean muchos de sus habitantes, al no disponer de acceso al conocimiento sistemático, esos talentos quedan anulados en su potencialidad.
Los romanos no permitían la educación a los esclavos y pueblos llamados bárbaros. Durante la colonia española se exigía el certificado de “limpieza de sangre” para excluir a los hijos de los indígenas del acceso a la universidad.
El fürher nazi Adolfo Hitler sostenía que, como política del Tercer Reich, a los pueblos eslavos (de apariencia muy similar pero “inferiores” a los supuestos “arios”) solo había que “enseñarles a leer y escribir, sumar y restar, y que la capital del mundo es Berlín”.
En Ecuador, Correa y el fascismo del siglo XXI, desde el 2007 destruyó, en forma sistemática, todo el sistema educativo formado durante generaciones. Eliminó los normales. Destruyó las carreras de Pedagogía y Filosofía de las universidades fiscales para que la juventud no disponga de maestros formados en ellas. Excluyó a gran parte de la docencia superior exigiendo como requisito de permanencia disponer del título de PhD, con el objetivo expreso de culminar una depuración ideológica y extirpar a quienes posean concepciones contestatarias al sistema de dominación.
Parte medular del nuevo proceso colonizador fue dejar fuera del estudio superior a gran parte de la juventud. Se calcula que existen un millón 400 mil jóvenes fuera de las universidades en base a métodos tramposos y exámenes de aspectos no estudiados. Las familias que disponen de dinero pueden llevar a sus hijos a universidades privadas. Los pobres no podrán hacer estudiar a sus hijos, que no serán profesionales jamás. 
Ecuador debería restablecer el libre ingreso como lo permitía la Constitución de 1978. Debe existir un año común por áreas de conocimiento. El bachillerato debe recuperar y mejorar su calidad. El dinero no puede servir solo para los robos y garantizar la impunidad. “Si el pueblo es el soberano, eduquemos al soberano”.
 
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