El referido reportaje ratifica que se tuvo que recurrir a un tedioso préstamo al Banco del Estado por 17 millones para poder afrontar la reparación de esa fundamental obra, cuando por concepto de la ley y el aporte del pueblo se comprometieron valores cercanos a los tres mil millones de dólares, que estuvieron casi inmediatamente disponibles para destinos superiores, entre los que se encontraba la urgente habilitación de las obras de contención de corrientes hídricas para su ulterior empleo para el abastecimiento de agua potable a las sedientas poblaciones manabitas y a los áridos campos, secos por el abrasador sol, impedidos de incorporarse a la producción nacional. Sin embargo, ahora lamentamos que no se hayan concluido los trabajos, habiendo transcurrido tanto tiempo que bien hubiesen podido servir para obtener variadas y significativas cosechas.
En el cuarto informe presentado a la Asamblea Nacional por la Secretaría Técnica de Reconstrucción, se señala que se destinaron para 574 proyectos más de 2.662 millones, de los cuales apenas se aplicaron 207 millones para lo que se denominó reactivación productiva, es decir, sólo el 9% del gran total cuando esa fase era la de mayor trascendencia, no teniéndose evidencias que de ese rubro se hayan dirigido fondos suficientes para la rehabilitación de los canales, no sólo los correspondientes al proyecto Carrizal-Chone sino para ninguno de los otros calificados de emblemáticos por el régimen anterior.
La agricultura provincial, afectada por el sismo, fue lamentablemente relegada por la negligencia oficial, suceso recogido en varias notas periodísticas que desdicen de la rectitud de los funcionarios públicos que estuvieron a cargo de la reconstrucción, ampliamente financiada con el aporte del pueblo ecuatoriano y de la cooperación internacional, ambos vergonzosamente defraudados.