Ha sido durante décadas formador de personajes que han ocupado cargos importantes no solo en la provincia, sino en el país. 

Aun así, el colegio no ha sido reconstruido y los estudiantes siguen recibiendo clases en instalaciones que supuestamente eran provisionales. 

Aquello es insulto no solo para la institución, sino para la historia de Manta. 

No puede ser que un plantel de gran importancia aún esté exigiendo un edificio.

El plantel fue demolido luego del terremoto del 2016. En ese entonces el Ministerio de Educación prometió construir una nueva instalación. 

Aquello no se ha cumplido. 

En el desfile del 4 de noviembre los exestudiantes desfilaron y llevaron un cartel reclamando por esa obra. 

Justo reclamo para un colegio que le ha dado mucho a Manta. Ahora es el turno de que Manta le dé su edificio, o al menos lo exija.