La mayoría de las plantaciones (66 %) están ubicadas en la isla Mindanao, aquí las propiedades más tecnificadas (transnacionales) producen cuatro veces más por unidad de superficie que los productores independientes que tienen dificultades para combatir complejos problemas fitosanitarios. Entre éstos el temible Fusarium R4T con el que conviven desde los años 90, patógeno ya reportado en Colombia que amenaza nuestras bananeras y alarma a los sectores público y privado. Sectores que deberían asimilar la experiencia filipina, que sin abandonar los cultivos, con mucha disciplina superaron tan grave problema, inclusive, incrementando su producción exportable.
Para lograrlo los bananeros asiáticos emplean un estricto programa de prácticas fitosanitarias, riego, nutrición y manejo agrotécnico, consistente en: evasión, exclusión , erradicación del patógeno; protección de la planta y desarrollo de materiales resistentes. Se empieza con el diagnóstico y monitoreo permanente dentro de cada plantación cuyos resultados se socializan entre los productores para detecciones tempranas y contención de brotes infecciosos , y se aplican protocolos para prevenir la introducción del patógeno en áreas libres. Se extreman cuidados de ingreso y salida de las bananeras, ubicando accesos únicos para desinfectar las prendas del personal , equipo e implementos agrícolas. Se eliminan plantas enfermas mediante quema con cascarilla de arroz, así como el uso de productos químicos y/o biológicos en suelos y plantas infectados. Se exige que el nuevo material de siembra sea con tejidos libres de enfermedades obtenido a base de biotecnología; y para trasladar germoplasma de siembra se requiere la certificación como material limpio, y el permiso de movilización.
Si llegara este hongo al país, la adopción y adaptación de la fórmula filipina incrementaría los costos de producción y se dificultaría principalmente entre los pequeños bananeros. Obviamente sería imprescindible, como en Filipinas, el acompañamiento de un eficiente programa de investigaciones y la estrecha coordinación con institutos de mejoramiento genético en musáceas.