Actualizado hace: 937 días 16 horas 56 minutos
Lenin Manuel Moreira Moreira
Persecución obsesiva

O “Consumatum est” -todo está consumado o todo está concluido- con la orden de prisión emitida por la fiscal general hacia el expresidente Rafael Vicente Correa en una persecución obsesiva e implacable que destaca con sensacionalismo el estamento mediático.

Domingo 22 Septiembre 2019 | 04:00

De esa manera puede concebirse la forma como los integrantes del capitalismo salvaje, partidos de derecha, falsos izquierdistas, oportunistas traidores de la Revolución Ciudadana, los poderes fácticos, aliados del establishment nacional e internacional se regodean y ensañan con la descalificación del mejor Gobierno ecuatoriano de todos los tiempos. Las expresiones correísmo y correato, que las utilizan con sinónimos de doctrina falsa y vocablo despectivo, respectivamente, por la oposición recalcitrante de la auténtica oligarquía y ciertos articulistas cómodos que inclusive han medrado del Estado y se erigen en maestros de la moral y ética, equivocan la doctrina socialista que pervive en el tiempo dentro de una sociedad inequitativa y aburguesada, desde luego egoísta, no corresponden en su valor semántico lo que quieren indilgar al líder arriba referido.
La consigna está dada; escudriñar, buscar la aguja en el pajar es el objetivo transnacional con la concupiscencia de los funcionarios nombrados por este Gobierno, que, al contrario de desarrollar obras públicas, solo se dedica a satanizar al Gobierno que le precedió y del cual Moreno fue parte activa y alto protagonista.
La historia política del país que formalmente nació con la República tuvo un inicio irregular. Su primer presidente fue un extranjero de cuestionado proceder y que ascendió al poder por el aval de una Constitución dedicada exclusivamente a él y a las familias pudientes de esa época. De allí en adelante, con las honrosas excepciones, los Gobiernos entraron en una suerte de “toma y daca”, donde han primado los intereses de una élite política y el factor económico prevalece sobre las necesidades acuciantes de la gran mayoría poblacional. Desprestigiar, enjuiciar y conducir a prisión a los funcionarios y camaradas del expresidente en su individualidad humana vendría a ser un objetivo secundario; la intención es de carácter ideológico y económico, la consigna es borrar toda suerte de socialismo con rostro humano, “enterrar” políticamente a los líderes progresistas y dar luz verde a un capitalismo salvaje y hacer creer que toda posición ideológica de izquierda es nociva. La posteridad será encargada de juzgar, con conciencia crítica, este entreacto de la historia nacional. Dirían los cristianos, ¡Dios salve al Ecuador!
 
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