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Cultura
Retoman sus costumbres

Dada es el nombre nativo de Carlos Aguavil, un tsáchila que retomó las costumbres y las tradiciones de su etnia.

Lunes 26 Agosto 2019 | 04:00

Las dejó –dice– por la falta de un guía y por la vergüenza del ‘qué dirán’ los mestizos al verlo pintado de achiote la cabellera.

Eso cambió cuando ingresó al Centro Cultural Mushily, ubicado en el kilómetro 7 de la vía Santo Domingo-Quevedo, donde empezaron a asesorarle y enseñarle a que ame su cultura, publica diario La Hora. 
En este sitio lo bautizaron como Dada, que significa hombre pescador. También empezó a utilizar la indumentaria tsáchila y a hablar el tsáfiqui. 
El joven, que es de la comunidad Cóngoma Grande, dijo que dejó a un lado sus costumbres por casi 10 años. “Como siempre, tenía que salir de mi comunidad para mi colegio, me daba vergüenza que me vieran pintado el cabello mis compañeros y a pesar de que no lo hacía, me molestaban y me decían que era un indio o cosas ofensivas. Por esos motivos escondía mis orígenes”. 
 
Sus orígenes. Dada comentó que al llegar hasta el centro, al que fue invitado por su hermana, quien también participa en el sitio, todo cambió y empezó a retomar sus orígenes. 
“Es como que empecé a aprender desde cero, pero creo que este cambio en mí ha sido muy bueno gracias a la ayuda que recibí aquí”. 
Menciona que ya no le da vergüenza que lo vean con su cabellera pintada ni tampoco que lo escuchen hablar en tsáfiqui o que lo vean bailar. 
Así como Dada, en el centro turístico se encuentra otro guía nativo, quien también empezó a ser parte de este emprendimiento y volvió a retomar su cultura. 
Se trata de José Aguavil. Se dedicó a practicar fútbol y no le gustaba vestirse con la indumentaria tsáchila. Cuando se integró para ser guía nativo volvió a retomar su cultura. 
 
Pierden sus costumbres. Uno de los ponés (sabios) de la nacionalidad, Abraham Calazacón, sostuvo que muchos jóvenes tsáchilas pierden sus costumbres por no tener un guía, también porque ya no existen ancianos para que les enseñen el camino que deben tomar. 
Abraham asegura que están estancadas las generaciones de ponés porque a los jóvenes tsáchilas ya no les interesa su cultura, además que los ancianos ya van muriendo. 
Él cree que su emprendimiento turístico ha ayudado a rescatar esas tradiciones que se están olvidando. “Muchos dirán que relacionarse con mestizos hará que pierdan sus costumbres, pero no es así. 
Estas son oportunidades para que los chicos se apoderen de sus raíces, de amar lo que son y de hacer ver al mundo lo valiosa que es nuestra identidad”. 
Dada pide a los jóvenes tsáchilas que no se avergüencen y que hagan respetar su identidad y sus orígenes.
Que se unan a él para retomar lo bueno de este pueblo antiguo, que tiene una  gran riqueza cultural.
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