¿Cómo está la reconstrucción de iglesias? 

 Iglesias parroquiales de la Arquidiócesis de Manabí que se destruyeron o se afectaron fueron 53. Casi todas están reconstruidas o restauradas. Recibimos aportes para la reconstrucción por 10 millones de dólares. Casi la mitad de diócesis de otros países (Estados Unidos, Alemania, España, Italia), de organizaciones católicas como Cáritas, Adventia de Alemania; de otras diócesis del país, fundaciones y ciertas empresas nacionales. La mitad del dinero fue para reconstruir los templos parroquiales, el resto fue para centros de catequesis, casas religiosas, necesidades de fieles.

 

¿Qué falta reconstruir?

 La catedral de Portoviejo, que sufrió importantes afectaciones y se la ha arreglado la mayor parte, y la torre de la Basílica de Montecristi.

 

¿Solicitaron recursos de la reconstrucción para estas dos iglesias?

 Algunos donantes privados de Europa canalizaron recursos para la reconstrucción de iglesias y edificios patrimoniales para las dos provincias afectadas por el terremoto. Si bien los estudios los hemos hecho nosotros, los parámetros los ha puesto la Secretaría de Reconstrucción. Para la Catedral faltan 700.000 dólares y para la Basílica de Montecristi se necesita unos 400.000 dólares. Finalmente se recibió y se aprobó el proyecto con todos los parámetros, y los permisos de construcción ya están aprobados en los municipios, falta el del Instituto de Patrimonio. Esperamos que llegue a buen puerto aunque ha sido sumamente largo, tanto que hemos reconstruido 45 iglesias, ya mismo 50 y todavía lo otro está en proyecto.

 

¿En cuánto tiempo se designará al nuevo Arzobispo de Portoviejo?

 Puede ser dentro de los próximos 6 meses.

 

¿No se puede descartar que sea usted?

 No se puede descartar. No se nombra administrador porque luego vaya a ser, pero puede ser.

 

¿Hay suficientes sacerdotes en la provincia?

 Hay unos 140 sacerdotes en Manabí. Casi 80 son diocesanos, es decir dependen del Obispo, pertenecen a Manabí. Unos 20 pertenecen a diócesis de otros países y trabajan acá por un tiempo. Unos 40 sacerdotes son de congregaciones religiosas que trabajan en las parroquias.

La labor es inmensa. Son unas 94 parroquias en Manabí, algunas muy grandes. La necesidad depende de la labor que uno pueda hacer.

 

¿Cuántos se forman en el seminario mayor?

  Hay 26 seminaristas. Hace 20 años eran casi el doble, pero eso ha pasado en todo el país. El número de candidatos se ha reducido porque actualmente hay la mitad de jóvenes que hace 20 años, entonces es una realidad también social. Lo que sí hemos visto es que los que ingresan traen mejor preparación y no llegan simplemente al seminario sino que previamente hay todo un proceso. 

 

¿Todos culminan su formación??

  La mayoría termina. Siempre buscamos mantener sacerdotes jóvenes que se estén especializando en el exterior en alguna disciplina de la iglesia para que luego apoyen tal o cual área o se encarguen de una pastoral especializada, sea en catequesis, en familia. 

 

¿Cuáles son los problemas sociales que más se evidencian en Manabí?

  Hay que ver diferentes planos. Siempre un reto de fondo es la educación, porque eso es lo que a la persona le permite progresar. Eso haría que se piense cada vez más en la calidad de la educación en todas las instituciones. En la iglesia tenemos 10 planteles y hemos creado una red educativa arquidiocesana para ver diferentes asuntos: propiedad, títulos de profesores, encuentros, capacitación, de manera de optimizar y mejorar.