Actualizado hace: 938 días 13 horas 33 minutos
Portoviejo
Mariela corre por los niños con cáncer

Un día, mientras trabajaba en su oficina, la portovejense Mariela Vélez sintió que podía hacer algo más por el prójimo.

Domingo 21 Julio 2019 | 11:00

 Estaba en el centro de Quito. Tomó su carro, cruzó toda la ciudad hasta llegar al hospital de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer, Solca. Allí observó el drama que viven los pacientes que reciben tratamientos oncológicos y también sus familiares, quienes en ocasiones no tienen para comer, comprar medicinas o descansar. 

Así, Mariela empezó a ayudar a los que tenían más dificultades económicas.
Fue asistiendo a uno, dos y se sumaban cada semana. En total conoció el caso de 13 niños, de quienes fue su hada madrina de carne y hueso. Conversaba con ellos, sobre todo con sus familiares, les compraba lo que no podían. Había ocasiones en que destinaba mil dólares en pago de pañales, medicina o leches de fórmula.
De ese inicio han pasado más de 10 años. Algunos de los pacientes han fallecido, otros han superado la enfermedad, pero su labor no desmaya. Por ahora ayuda a seis infantes.
“Marielita”, como le dicen sus compañeros de la empresa Portovial, donde trabaja, señala que siente una gran satisfacción. 
Menciona que su mayor alegría es cuando las personas superan el cáncer y ella recibe un “gracias tía Mari” de parte de los niños. Para ella, eso es suficiente.
Destaca que en ocasiones no es necesario llegar con mucho dinero o cosas materiales para los niños enfermos y con solo escucharlos ya es suficiente. 
Reconoce que brindar este tipo de ayuda requiere una gran fortaleza mental y espiritual, pues, dice, se debe convivir con el drama de inocentes que no entienden por qué a ellos les tocó esa enfermedad, o por qué no pueden jugar como los otros niños. “Me hacen preguntas que son muy difícil responder. Lloro, pero ellos jamás pueden notarlo”, expresa.
La FIFA.  Además, ella se da tiempo para el deporte, en el ciclismo y natación, y su gran solidaridad fue reconocida por la FIFA, que la contactó y le propuso ayudarla en su campaña ciudadana. 
Así acordaron que por su participación en el Ironman de Manta, realizado hace unas semanas, ellos apadrinarían a un niño. Entonces Mariela no lo dudó, entrenó con fuerza, agarró su bicicleta, se equipó y empezó a competir.
Llegó a la meta feliz, como una campeona, con victoria grande porque un niño tendrá su tratamiento. 
Ella siente que fue tocada por la divina providencia, que la dotó de bendiciones y solidaridad.

 

Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias