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Prendas culturales

Diez mujeres son las encargadas de diseñar y confeccionar las prendas con detalles ancestrales.

Viernes 19 Julio 2019 | 04:00

El bordado a mano es lo primordial en sus creaciones. Bajo el nombre de Almawa, esta organización de Ibarra, provincia de Imbabura,  busca revitalizar la identidad cultural ecuatoriana, a través de un enfoque asociativo con la comunidad.

Andrea Bonilla, parte de esta sociedad, menciona que las prendas que desarrollan tienen contenido intercultural.
Indica que la idea de Almawa es siempre crear productos originales, tal como lo desea el cliente. Para plasmar los diseños con la cosmovisión andina, se trabaja con bordados realizados por mujeres de las parroquias Angochagua, La Magdalena y La Esperanza, comunidades rurales de Imbabura, señala diario La Hora. 
“Al crear la vestimenta se busca difundir, a través de la tela, la cultura de la zona norte del país, exponer que el bordado es valioso, demostrar que estas técnicas ancestrales son y pueden colocarse en una moda contemporánea, para que no solo pueda ser comercializada en la población indígena, sino también entre los mestizos”, añade Bonilla.  
 
Cosmovisión. Recientemente, Almawa lanzó una nueva colección de chompas impermeables, con diseños inspirados en la “virgen del chocho”,  es decir, de las diosas de lo obsceno, las herejías y otros cuentos.
Bonilla comenta que esta “virgen” carga la historia de las diosas de culturas diversas, de Abya Yala, mayas, kichwas, valdivias, como las diosas del Olimpo de la antigua Grecia. 
También de mujeres campesinas, sacerdotisas, sabias curanderas, brujas y trabajadoras, cuyas historias fueron negadas, quemadas, casi extinguidas, y que en tiempos como el medieval se las llamó herejes.
“Queremos resignificar lo que nos han ocultado, negado y se ha estigmatizado desde ideales que construyen un tipo de belleza y conducta desde una moral religiosa (cristiana). Lo denominado como sucio, obsceno, salvaje, no civilizado, inmoral, frente a lo socialmente aceptado como una conducta propia de las mujeres frágiles, débiles, sumisas, que oculta y limita precisamente lo salvaje, lo obsceno”, agrega. 
Aparte de mostrar lo intercultural en las prendas, Bonilla explica que para apoyar al ambiente se hace también prendas con base en materiales reciclables y telas que ya no utilizan y desechan las fábricas, principalmente de Atuntaqui. “Vamos y pedimos que nos donen los retazos de tela y las convertimos en sacos, shorts, camisas…”, cuenta.
Las prendas son totalmente personalizadas. Se inspiran en la naturaleza e iconografías de los ancestros, en este caso de los carangues, cayambis, pastos y otavaleños. 
“Las personas pueden venir y explicar qué tipo de diseño quieren. Armamos un boceto y luego creamos la segunda piel. Mediante la moda también podemos rescatar nuestras raíces”, menciona.
El precio varía según el tipo de tela, tamaño y diseño de bordados. Según Bonilla, hay desde 20 dólares, incluso hasta $ 120.
“Es momento de empezar a consumir identidad, despojarnos de los estereotipos que nos dan los europeos o Estados Unidos”, dice Bonilla.  
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