Esta decisión, buena por donde de se la mire, es súper importante porque  introduce el  concepto de libertad  para comerciar y elegir.  En la práctica esto quiere decir que  tendremos más mercado para nuestra producción y claro. también recibiremos producción de ellos. Es, en otras palabras,  poner en las manos del consumidor,  de aquí y de esos países, más alternativas para que pueda decidir qué productos comprar y qué servicios adquirir y siempre al mejor precio.  Esto es consagración plena  del principio aquel que dice que el consumidor es el “Rey del Mercado”. 

En este proceso, claro está, alguien va a salir herido.  El sector metal mecánico, por ejemplo,  ha expresado su inconformidad   porque aduce que el Ecuador  “aún no es competitivo, que es muy caro producir” . Compara con México, que es la economía más grande de la Alianza. Entre los principales problemas que ve es que ‘el salario básico mexicano apenas supera los 160 dólares mensuales, mientras que en Ecuador se ubica en 394 dólares’. “Mientras en México las importaciones no pagan Impuesto de Salida de Divisas, en Ecuador lo hacen incluso las materias primas e insumos...” 

Es posible que existan más problemas que incidan  en los precios.  Las autoridades lo conocen y estoy seguro que están trabajando para que producir sea más barato.  Pero también es cierto que estos inconvenientes no pueden alejarnos de un mercado   de 210 millones de habitantes para las exportaciones  ecuatorianas, una zona comercial que ya es la  octava economía del mundo.  Y no podemos olvidar que los beneficiarios, en último término, seremos todos nosotros porque la capacidad adquisitiva se  incrementará. ¿Cómo? Simplemente porque nuestros dólares “valdrán más”. 

Los precios, por la competencia, caerán. Pero también hay que comprender que el mundo así está negociando. Vietnam, el terrible enemigo de EE.UU. de los 60s, es hoy su gran socio comercial.  Ha tenido que hacer ajustes para adaptarse, los ha hecho, pero no ha renunciado al comercio integrador. El país, entonces, no puede estar alejado del mundo.