“La ansiedad te mantiene alerta y te ayuda a tener respuestas adaptativas ante las situaciones que se vuelven un obstáculo para lo que deseamos, como obtener una beca, graduarte,  poder estar junto a una persona”, indica García.

Por ende, la ansiedad de forma ocasional es normal, “pero en algunas ocasiones estos miedos y preocupaciones se vuelven intensos  y persistentes sin razón alguna. Este mecanismo (la ansiedad) funciona de forma alterada;  y se la puede considerar como un trastorno de ansiedad cuando ya no tenemos el control sobre ella”, agrega García.

Se puede hablar de la ansiedad como un trastorno cuando suceden  episodios repentinos que se van intensificando en cuestión de minutos y sientes que no puedes controlarlos.

“Generalmente duran mucho tiempo y se generan por la repetición de alguna situación traumática que ya has vivido”, menciona la psicóloga.

Problemas. La ansiedad te puede afectar físicamente y tiene señales como hormigueo en la piel, cambios de temperatura, mareos, dolor de cabeza y hasta problemas para conciliar el sueño. 

Control. Para prevenir una crisis de ansiedad es recomendable que se evite los lugares o situaciones que produzcan este descontrol o buscar ayuda psicológica, según indica García. 

La ansiedad también se puede relacionar con problemas médicos como la abstinencia al alcohol y drogas, problemas respiratorios, dolores crónicos, por ejemplo.