Actualizado hace: 937 días 23 horas 19 minutos
Tonio Iturralde
Portoviejo en el censo de 1871

Gabriel García Moreno, presidente del Ecuador, impuso la ejecución de un censo en el año 1871, para proyectar la modernización del Estado. En lo concerniente a Portoviejo y apoyado en el análisis socio histórico del genealogista Álvaro Mejía, deduciremos que en la ciudad fueron censadas 3.140 personas. De las secciones que comprende el censo se distingue que la clase acomodada (no rica) vivía en el centro de la urbe, representada en profesionales (2 abogados), el párroco, el escribano, los comerciantes y maestros artesanos (700 personas); las mujeres de este entorno fueron censadas como costureras (120).

Domingo 30 Junio 2019 | 04:00

En otras secciones encontramos al pueblo llano (2.546 habitantes) que se desempeñaban como labradores (515) y tejedoras (1.091). El nivel del analfabetismo es alto (2.146 personas no sabían leer); existían más infantes que adultos, más mujeres que hombres, la longevidad es escasa, se presenta solamente en Baltazar Aragundi con 101 años y Gerónima Guillén con 100 años.
Los apellidos son de procedencia ibérica sin evidenciar pureza racial, son productos del mestizaje y el distanciamiento familiar como siempre ha ocurrido se origina por diferencias económicas o por errores gramaticales en el instante de la inscripción natural, cuando en muchos casos el tronco común es el mismo. Entre estos apellidos constan 232, de los cuales anotaremos los más difundidos: Macías (212), Mendoza (167), Zambrano (165), Moreira (155, en su mayoría mujeres), Cedeño (110), García (95), Molina (95), Vinces (87). Constan otros apellidos con un solo representante como Freire, Pazmiño, Arboleda, Bermeo y Falconí. Entre otros apellidos autóctonos constan 16 y resaltaremos a los Chiquito, Tigua, Quijije, apellidos de familias cacicales. En relación con los extranjeros el censo señala 3 italianos (Tolenti, Fersa y Fallarin) y 3 franceses (Becherel, Colmot, Vilon).
Las familias se formaban mediante el matrimonio y por unión de hecho, muy pocas tratan de diferenciarse del resto con formas particulares de identificarse, es el caso de Carmen Mendoza “y” Cerezo y una sola familia escribe el apellido Cevallos con “Z” inicial. En cuanto a la ocupación de una mermada población anotaremos; militares (32), carpinteros (23), comerciantes (19), sastres (12), estudiantes (10), zapateros (9), lavanderas (9), panaderas (4), herreros y plateros (3), talabarteros (2), cantinero (1), peluqueros (1), panteonero (1); Juana Macías se inscribe como partera; en el censo nadie se declara “hacendado”.
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