La temporada de avistamiento de las ballenas jorobadas y las vacaciones estudiantiles de la Sierra y la Amazonía son dos oportunidades para fortalecer el turismo en Manabí, a las que las autoridades deberían prestar mayor atención.
De junio a agosto, centenares de ballenas jorobadas llegan desde la Antártida a reproducirse frente a las costas manabitas. Solamente este evento atrae cada año a unas 70 mil personas a la provincia, atraídas por un espectáculo natural sorprendente a poca distancia del continente.
Además, entre julio y septiembre las vacaciones estudiantiles de la Sierra movilizan a centenares de personas hacia Manabí, especialmente a las playas, con lo que esta temporada se convierte en una oportunidad para el sector turístico.
Los atractivos propios de Manabí, como sus balnearios y su tradición, deben complementarse con la promoción suficiente por parte de las instituciones locales; pero también es necesario que se mejoren los servicios, sobre todo, los que garantizan la seguridad de los turistas.
Los gobiernos locales deberían preocuparse por la vigilancia a los bañistas, a través de brigadas debidamente equipadas que estén pendientes a prestar auxilio en caso de urgencia. Los controles sanitarios y policial también son necesarios.
Hay que tomar en cuenta que la seguridad y una buena atención son indispensables para garantizar el regreso de los visitantes en las siguientes temporadas. Las autoridades deben entenderlo así y no descuidar al turismo que, como actividad productiva, puede convertirse en un generador de riqueza.