Desde esa fecha hasta la actualidad decidió radicarse en ese sector manabita, ya que asegura que el dinero casi nunca escasea. 

Aseguró que ha vendido juguetes para niños, dulces, gafas para el sol, pero lo que más tiene salida en el turista son los sombreros, los cuales comercializa y vende todas las semanas. 

Sostiene que al no tener trabajo fijo tiene que ingeniárselas e invertir en cualquier actividad que le permita generar ingresos, ya que aunque no tiene hijos sí tiene esposa y le ayuda a su padre que padece de discapacidad física y vive con él en Pedernales.

A pesar de que él es su mismo jefe, indicó que trabaja de lunes a domingo de 07h00 a 16h00 y un domingo al mes aprovecha para pasar en casa o salir a pasear con su familia. 

“Cuando hay sol logro vender muchos sombreros, entre siete y ocho logro vender al día. Hay desde tres dólares para niños, hasta siete dólares”, destacó.