Los periodistas no terminamos de aprender cuál es nuestra labor durante la campaña política. Había quienes defendían a tal o cual candidato con vehemencia. Alababan sus vidas y sus propuestas políticas. Se peleaban si alguien criticaba a sus elegidos.  Fanatismo a través de las redes sociales y medios de comunicación. Con esa postura pierden la credibilidad. Una raya más al tigre.

Ya lo dice el periodista colombiano Javier Darío Restrepo en su consultorio ético cuando se le preguntó: ¿Pueden los periodistas apoyar a candidatos políticos? En un extracto de su respuesta dice que con aquello “sus informaciones serán miradas como propaganda de grupo y no como informaciones respetables”.

Los periodistas, como parte de la sociedad, tenemos preferencias políticas.

En las elecciones no voté nulo ni blanco, sino que elegí a mis candidatos. Argumenté las razones por las que los escogí. Todo en mi círculo privado. No hice campaña por ninguno. Mi comportamiento no es para aplaudir ni condecorar. Hice lo que se nos exige a los periodistas, pero que a veces olvidamos.