Asegura que su único ingreso mensual eran los $ 50 que recibía por su condición de pobreza.

Pinargote es madre soltera y habita en la parroquia Calderón de Portoviejo.

Narra que con los $ 50 cubría los gastos de la alimentación y educación de sus hijos.

“En el MIES me dijeron que ya no era una persona pobre, sin embargo eso no fue así. Reconozco que durante el tiempo que recibí esta ayuda hice dos préstamos al banco, pero fueron montos pequeños para empezar a construir mi casa que aún no la termino”, dice la mujer, agregando que las autoridades deben evaluar a familias como ella para que verifiquen el nivel de pobreza.

Para otras personas como José Vera, quien tiene el 70 % de discapacidad física, la entrega del bono a veces no es equitativa.

“Yo sólo cobro $ 50 mensuales, pero creo que debería recibir los $ 240. Conozco personas que porque no tienen un dedo les han dado la ayuda sin tantas trabas como a mí”, expresa José, quien también habita en Portoviejo.

Inclusión. Guido Mosquera, coordinador zonal 4 del Ministerio de Inclusión Económica y Social, dijo que entre el 2018 y lo que va del 2019 un total de 7.066 personas han dejado de recibir el bono en las provincias de Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas.

De la misma manera, señaló que 7.286 fueron incluidas en este beneficio que ya cobran desde el año anterior.

El funcionario indicó que la entrega de esta transferencia monetaria busca “crear un piso de protección social, es decir, dar un aporte económico para que las familias superen los niveles básicos de bienestar”.

Mosquera recordó que para acceder al bono, la persona deberá ser visitada por un técnico del MIES, quien llenará un Registro Social que recoge los datos sobre su condición de vida.

Esta información es enviada a planta central y luego pasa a la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), que  determina el puntaje de pobreza de cada familia. 

Dependiendo de este puntaje, la persona se hace acreedora de un incentivo económico (ver cuadro).

Mosquera añadió que los criterios básicos para que una persona reciba el bono son: conocer la composición de la familia, es decir, si hay niños, personas con discapacidad y adultos mayores, también se verifica las condiciones de la vivienda, accesos a servicios básicos y se evalúan los ingresos y egresos mensuales. 

Una vez que la persona reciba el bono debe cumplir ciertos parámetros para que continúe siendo beneficiaria, entre ellos están: garantizar que sus hijos estén inscritos en el sistema educativo, que reciban atención en salud y otros.

El funcionario agregó que si eso no se cumple, la institución levanta un informe que se convierte en condicionante para retirar o suspender el bono hasta que la familia logre regularizar su situación. 

 

Actualización. Dijo que durante el 2019 continuarán actualizando la base de datos.

Mosquera concluyó diciendo que quienes consideren deben recibir el bono, deben acercarse a los balcones de servicio de las direcciones distritales del MIES para solicitar el levantamiento del Registro Social.

Desde la coordinación zonal del MIES se indicó que anualmente el Estado destina $ 87’300.450,29 para el pago de bonos en Manabí, el mismo valor del 2018. 

El año pasado el Gobierno comenzó un programa de incremento progresivo del monto del bono de $ 50 hasta $ 150. La ayuda se creó para familias en extrema pobreza que tengan hijos de hasta 18 años. 

En Manabí 142.599 personas se benefician del bono, y en la Zonal 4, que comprende esta provincia y Santo Domingo de los Tsáchilas, 170.101 personas reciben el beneficio.

Según el MIES, en el 2018 cerca de 20 mil personas dejaron de recibir el bono en el país.