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Que disminuyan los divorcios
Que disminuyan los divorcios
Por: Guido Álava Párraga

Viernes 22 Febrero 2019 | 11:00

Es muy probable que la cantidad y facilidad con que se incrementan cada día los divorcios tengan relación con el desconocimiento de sus impactos.

David Blankenhorn escribió en 1995 un libro intitulado “América sin padres”, de ahí tomé la siguiente frase con la que me identifico “Una buena sociedad festeja el ideal de un hombre que pone a su familia en primer lugar. Esta clase de auto sacrificio por el bien de la familia normalmente no ocurre en una sociedad donde los hombres se ponen a sí mismos en primer lugar”
Cuando traigo a mi mente la enormidad de hogares disueltos que he observado de cerca con hijos menores de edad, me he convencido de la gran ignorancia con la que actúan muchos padres, somos parte de una sociedad donde a lo malo se lo ha visto como normal y nadie ha tenido el valor y el amor para confrontar esta barbaridad, este error de destruir un hogar a través del divorcio, de no cumplir adecuadamente el rol de papa o mama y de no darle el valor supremo que tiene el matrimonio y la familia.
Nadie en nuestro medio ha tenido el acierto de interesarse, primero en conocer a ciencia cierta el impacto perjudicial que los divorcios causan principalmente en los hijos y en segundo lugar se ha hecho abstracción de determinar las causas de los desajustes conductuales de nuestros adolescentes y jóvenes y muchos solo se han conformado con lamentar y observar muchas veces impávidos las elevadas estadísticas de niños y adolescentes con desviaciones de todo tipo.
Hay una verdad bíblica que afirma “que todo lo que el hombre sembrare eso cosechará”. Nuestra sociedad, la que habitamos, está recogiendo por todas partes los frutos amargos de la siembra del descuido, la ignorancia y la necedad de los padres que se han negado a criar hijos con los referentes milenarios establecidos en la Biblia.
El clamor que debe salir desde la profundidad de nuestro ser a través de nuestras bocas como un grito desesperado es, ¡No más niños, no más adolescentes, no más jóvenes para las drogas, el alcohol, la violencia, la promiscuidad sexual, la depresión y los suicidios!
¡No sigamos recogiendo frutos de dolor y vergüenza, comprometámonos a ser padres sembradores de amor, diligencia, ¡tiempo de calidad, ternura y afianzamiento para nuestros hijos!
Sera de gran beneficio que los padres de Portoviejo y Manabí tomen la trascendente decisión de corregir el descuido y negligencia con que están criando a sus hijos para convertirse en padres cumplidores de sus roles.
Amigo, si tú tienes conflictos que avizoran la disolución de tu familia, medita una y otra vez antes de tomar esa dura decisión, te recomiendo buscar la Guía y poder de Dios.
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