un optimista mensaje a la ciudadanía, escrito con un paisajístico fondo en un espléndido letrero gigante desde hace unos días instalado en el parterre del malecón de Manta, a pocos metros del redondel ubicado frente al ingreso-egreso de nuestro puerto marítimo.

Acertadamente lo ha colocado ahí Autoridad Portuaria de Manta que gerencia Alfredo Ortiz Sierra, con toda seguridad por la exitosa labor que está desarrollando Terminal Portuario de Manta-TPM, ente subsidiario de AGUNSA, la empresa chilena que resultó favorecida con la concesión por 40 años de esta mayor y principal instalación de la ciudad-puerto-balneario que es San Pablo de Manta, que el 2022 se apronta a celebrar su centenario de cantonización.

Luego del abandono que hace algunos años sufrió este puerto marítimo por parte de la mayor operadora del mundo, Hutchison, debido a la falta de “voluntad política” del “correista” gobierno de una década que no fortaleció algunos aspectos necesarios para el éxito de dicha operadora y superado el largo tonteo que recibimos, con engaños y ofrecimientos de que Manabí sería “la provincia del milenio”, por fin, con alguna inicial desconfianza y con las infaltables controversias del caso -luego de habérsele concedido a Posorja en el Guayas, la primacía de ser el principal puerto de aguas profundas de Ecuador-

como una suerte de premio consuelo, ese mal recordado anterior Gobierno central, asignó a AGUNSA nuestro puerto marítimo natural; siendo así que, luego de en un par de años poner la casa en orden, poco a poco, su filial TPM, con la acertada dirección del ya manabita Roberto Salazar Bracco, ha ido alcanzando excelentes cifras, producto de los creativos, crecientes y buenos servicios y operaciones que ellos brindan en el puerto marítimo local.

Lo anterior anima a soñar que, si ya renació ese gigante -nuestro puerto- bien podría renacer otro que hace más de dos décadas fue creado para oxigenarlo a éste, como ocurre en casi todos los puertos marítimos del planeta, refiriéndome a una Zona Especial de Desarrollo Económico- ZEDE, organización que básicamente es lo mismo que una Zona Franca; recordando que aquí en Montecristi funcionó la primera y mayor zona franca del país,

ZOFRAMA, hasta que el Gobierno “correista”, aplicando su “bicentralismo”, la asfixió. TPM bien podría acoger experiencias de la desaparecida zona franca, ajustarse al contenido en este respecto del vigente Código de la Producción y aprovechando la existente y caudalosa “voluntad política” actual, instalar esta antigua y mundial herramienta de desarrollo, generadora de mano de obra, tecnología y muchas otras virtudes que se derivan de un ente logístico y productivo como éste. Así resultaría que pronto aquí en Manabí, para servir a la patria, ¡enhorabuena habrán renacido dos gigantes!.