Tener al alcance de la mano todo lo que se necesita, desde un plato de chaulafán hasta un repuesto automotriz, desde una funda de pan hasta donde arreglar la computadora. Esa es la ventaja de quienes viven en la calle Atanasio Santos, desde la Avenida Reales Tamarindos hasta la Universitaria o vía a Crucita, o en esus alrededores.
Aracelly Arteaga administra el micromercado Multiahorro y es parte del ímpetu diario económico que caracteriza a la zona.
“Nosotros llegamos a los 4 días del terremoto, el 20 de abril, pero antes mismo de eso ya se veía que la zona tenía movimiento”, cuenta doña Aracelly mientras despacha comida para perros a uno de sus clientes.
Jackeline Mero también es otra de los protagonistas del desarrollo barrial.
Ella atiende la panadería-pastelería Pan y Miel.
“Desde las 5 de la mañana ya estamos atendiendo por hay buen movimiento desdesmuy temprano, todo los negocios madrugan”, cuenta Mero, convencida de que, aunque hay dos panaderías más, la competencia es buena y obliga a ser mejor cada día.
Según Mario Olvera, otro morador, en las noches el movimiento comercial aumenta, pues es cuando muchos locales de comida preparada, como asaderos y parrilladas, atienden.