En realidad se puede estar de acuerdo o no con mucho de las cosas que dice y hace el presidente Trump, se puede incluso pensar igual que el expresidente Obama cuando dijo  que Trump es “sencillamente no calificado y no preparado para el cargo de Presidente”,  se podría coincidir con aquellos que creen que es hora de que el Congreso piense en seguirle un juicio político por aquello de sus enredos con los rusos. Sin embargo y a pesar de todo lo que se diga,  la economía de EE.UU crece.

Rallo compara la última administración de Obama y los dos primeros años de Trump.  Le pone cifras y en estos dos años el empleo, la economía, el PIB, la deuda pública y los índices bursátiles, todos han crecido en la administración de Trump ya sea por la reducción de impuestos, por la desregulación de la economía o por las presiones para que el dólar del inversionista de EE.UU. regrese o al extranjero para que invierta. La tasa de desempleo es 3,9%, una de las bajas de la historia, “ el PIB creció 5% a lo largo de siete trimestres”, la deuda pública también y los índices bursátiles han tenido un comportamiento errático. Este es el resumen en poquísimas palabras y concluye, algo  discutible,   que “Trump no ha salvado a la economía estadounidense del estancamiento y declive absoluto, mejoría sí, milagro, ninguno”. 

Pero ¿qué tiene que ver todo esto con las próximas elecciones y Manabí? Caer en la cuenta, que si la primera economía del mundo, como es EE.UU., toma medidas para defender sus dólares, para que no se vayan de la economía, y presiona al extranjero y al local para que traigan los que están afuera, como que algo parecido y en nuestra dimensión  deberíamos hacer nosotros con los pocos dólares que tiene la economía de Manabí. Es decir, no podemos ofrecer nuestro mercado de consumidores a cualquier empresa que viene a Manabí solo con el propósito de vender y llevarse esos dólares fuera de la provincia.

No. Nuestros políticos, que son los que hacen las políticas públicas, deben pensar que el crecimiento llega, entre otras cosas, defendiendo, como lo hace Trump, nuestros dólares, estimular a que lleguen más, pero para incrementar empleo y riqueza  local.