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Heredero
Toby, el perro al que confunden

Cuando las personas lo ven por primera vez se alejan o se asustan. Su aspecto parece de un criatura salvaje sacada del pasado.

Domingo 20 Enero 2019 | 11:00

Otros creen que se trata de un perro con sarna y les piden a los niños que no toquen al canino que, inocente, se acerca moviendo rápidamente su cola. 

Se trata de Toby, un perro “distinto” a los demás y que es la sensación en toda la barriada de la ciudadela Los Cerezos.
Toby pertenece a una raza cuyo nombre es impronunciable para todos los habitantes del sector, sobre todo para su dueña Rosa Córdova, quien prefiere identificarlo simplemente como “perro mexicano”.
Efectivamente, el xoloitzcuintle, como se llama esta raza, es un perro originario de ese país y su origen data desde las épocas prehispánicas por eso, incluso, en ese país es considerado símbolo y patrimonio cultural.
Origen. Cuenta doña Rosa Córdova que hace 18 años a la ciudadela San Alejo llegó un circo pobre, con payasos mal maquillados y su colorida carpa rota. Se cree que era mexicano. 
El circo era malo, pero entre sus números artísticos tenían uno novedoso que lo ejecutaban unos amaestrados perros de aspecto antiguo pero muy inteligentes.
Al parecer uno de los perritos, cachorros de los artistas, se salió de la gran carpa circense y extraviado fue a parar a Los Cerezos.
Allí muchos le huían por sus cuatro pelos como quemados, otros lo corrían con piedra, pero doña Rosa lo adoptó. Recuerda que recibió el rechazo de sus vecinos, pues decían que era muy feo, calvo y con el cuero duro. Parecía una hiena, incluso como creían que estaba enfermo, con sarna, lo bautizaron con un nombre contundente: “Virus”.
Sin embargo, la señora se encariñó con el animalito e intentó “curarlo”. Le hizo cuanto remedio le recomendaban para la sarna, primero lo embadurnó de sábila, luego siguió intentando con manzanilla y por último con cremas de glicerina y más pócimas que los condolientes vecinos le recomendaban. Sin embargo, ella notaba que el animalito no sufría como otros perros con esa enfermedad y más bien se sentía con mucha vitalidad, por lo que, dice, se fue hasta donde la veterinaria Tamara Chang para que le dijera qué hacía con su “virus”. Allí, la experta le mostró un libro donde estaban las fotos y todas las características del perro mexicano y más bien la halagó por tener un can de esa raza.
Desde allí la señora quiso más a su ‘Virus’ y los vecinos se encariñaron mucho tratando de revertir todo lo que habían dicho, sin embargo ya el famoso nombre nadie se lo cambió. Luego, “Virus” propagó su amor por el barrio y aparecieron otros perros de la misma raza. Siempre en cada parto de las perras del barrio salía uno igual a “Virus”. De eso, ya 18 años y Virus murió, pero quedó su hijo muy parecido y así la dueña procura que los genes se mantengan y es la custodia para que la raza no desaparezca. El penúltimo “Xolo” fue ‘Bebé’, quien fue atropellado, sin embargo dejó a Toby, quien ahora es el amo y señor del barrio. Es el único que queda de esa raza, tiene seis meses y aún no tiene descendencia.
La señora destaca que es un perro muy inteligente, obedece a las palabras de la señora, son expertos para vigilancia de la casa y además muy cariñoso. Los niños del barrio juegan y lo abrazan hasta revolcarse con su juguetona actitud, eso aunque cause la admiración y hasta horror de quienes ven la escena por primera vez.
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