Ellos habitan al final del plan habitacional construido por el Estado luego del terremoto del 2016.

Mónica Mera, una de las afectadas, aseguró que mientras las autoridades no les den una vivienda no saldrán del lugar. 

A esta decisión se sumó Angélica Alcívar, una de sus vecinas. Ambas aseguran haber perdido sus casas luego del terremoto y no haber recibido ayuda de las autoridades. 

Agregaron que solo han recibido el “desprecio de los funcionarios”.

“Nosotros no estamos aquí porque queremos. En realidad necesitamos una vivienda. Tengo las pruebas de que mi casa se cayó en el terremoto y desde allí hemos sufrido por no tener un lugar dónde vivir. Mientras no nos den una casa, no saldremos de aquí”, dijo la afectada.

Injusticia. Por su parte, Mera mencionó que le parece injusto tener que pasar el invierno en carpas, mientras otras familias que no fueron afectadas el 16A recibieron una casa.

“Ya se me han dañado tres colchones porque el agua ingresa a la carpa. Así no podemos vivir, pero no nos queda de otra”, indicó Mera. Agregó que inicialmente vivían cinco familias en el lugar, pero hace poco, dos de ellas se fueron. 

Gregorio Cedeño, director provincial del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), informó que estas familias no cumplen con el nivel de pobreza para ser beneficiarias de una vivienda. 

Añadió que como Miduvi no tienen la competencia de atender a estas familias.