Vivió en las calles de Quito durante unos nueve años, y el pasado 22 de diciembre retornó a San Petersburgo, Rusia, su lugar de origen.
Maksim Bakharev, quien padece esquizofrenia, vivió en las calles de la capital en la indigencia, y con un "adiós…muchas gracias", se despidió del país.
Según diario El Universo, el hombre de 35 años, fue recibido por sus padres quienes agradecieron por la ayuda brindada a Bakharev.
El municipio de Quito, a través del Consulado ruso, logró el retorno del hombre.
El 12 de diciembre del año pasado, Maksim festejó con los brigadistas del Patronato Municipal San José de Quito, su cumpleaños; fue entonces cuando el cónsul de Rusia en Ecuador Andrei Alekseev, le dio la noticia de que iba a volver a su país.