Ese Gobierno creó una Ley de Comunicación a su antojo, perjudicando el trabajo de los medios de comunicación, periodistas, reporteros y comunicadores con la Supercom, aplicando la ley a rajatabla sin chance a la defensa, haciendo una cacería de brujas a los comunicadores solo por pensar diferente al régimen de ese entonces liderado por Rafael Correa. Por supuesto que lo consiguieron, atemorizaron a algunos dueños de medios de comunicación por el miedo a que los cerraran y a los periodistas multándolos por sus expresiones. Vivimos un Gobierno totalitario y de terror, que puso en el limbo la libertad de expresión.

Supercom nace torcida, por eso es el fracaso de esta ley mal concebida, y tuvo que desaparecer. Fue interpelada su cabeza principal por el Consejo de Participación Ciudadana y la Asamblea Nacional que lo destituyeron de su cargo. Cometieron abusos en contra de los medios y comunicadores, eran ellos los que aplicaban las leyes y al mismo tiempo sancionaban. O sea, eran juez y parte del proceso.  

Fue represiva, sancionadora, hostigosa, maltratadora y abusiva. Trataban a los periodistas como si hubiéramos cometido un crimen atroz, solo por decir la verdad a nuestro pueblo de los abusos que se cometían y del perjuicio que le hacían al Estado. Éramos perseguidos, sancionados y hasta encarcelados en ese tiempo. 

El objetivo principal de esta Ley de Comunicación era proteger a los políticos y funcionarios públicos del Gobierno de Correa, con la finalidad de que el ciudadano no conociera la realidad de lo que pasaba en este régimen. Súmele a esto los sobreprecios que se dieron en contrataciones públicas, ya observados por la Contraloría General del Estado, como carreteras, puentes, hospitales, centros educativos, edificios del milenio, refinería de Esmeraldas, refinería de Manabí, puertos , aeropuertos, etc.

Para esto crean la Supercom, para alcahuetear un Gobierno totalitario, amedrentador de algunos dueños de medios de comunicación que lamentablemente se entregaron a manos del superpoderoso, callaron muchas voces y sacaron a periodistas de su trabajo, cerraron gremios para hacer lo que le viniera en gana; pero siempre existen en el país dueños de medios comunicación que, leales consigo mismo y con su pueblo, defendieron la democracia, eso es loable reconocer en la Asociación de Editores de Periódicos del Ecuador y en El Diario por su lucha en nuestra provincia.

Por todas las aberraciones que tiene esta ley, los asambleístas votaron mayoritariamente para sus reformas y adecuaciones, que permiten al periodista realizar su trabajo noticioso e investigativo, manteniendo informada a la ciudadanía de todos sus acontecimientos y sucesos.