Son diagonales metálicas que disipan los movimientos de un sismo, explicó Camino. 

Se lo llama hierro sismorresistente, aunque en este caso se trata de un material mucho más especial, recalcó el rector. 

Esas diagonales ayudarán a disminuir el movimiento del edificio en caso, por ejemplo, de un terremoto parecido al que golpeó a Manabí el 16 de abril del 2016. 

De hecho, el parqueadero se afectó gravemente ese día. 

Chile es un país donde, debido a los constantes movimiento telúricos que vive, su construcción es un ejemplo mundial.   

El material llegará a través del Puerto de Manta. Posiblemente entre enero y febrero del próximo año.

Otro uso. La estructura de cuatro plantas, construida hace seis años con más de 1,4 millones de dólares, se convertirá ahora en un edificio administrativo y educativo. 

En los dos últimos pisos se prevé acondicionar aulas de clases que se conectarán con el Posgrado Universitario. 

Las plantas bajas acogerán áreas que hoy funcionan en espacios improvisados tras perder sus estructuras oficiales con el terremoto pasado. 

Una de ellas es Secretaría General, que ocupa el restaurante universitario.  

El estacionamiento seguirá en los alrededores del edificio, pues desde que se inauguró la obra fue muy poco usada. 

El funcionario no dio detalles de la inversión.