Ella destacó que viene de una familia portovejense de escasos recursos, pero su padre siempre fue su apoyo y quien la animó junto a sus hermanas a poner un local de comidas en un mercado de Portoviejo.

“Allí empezamos. La gente iba y de boca en boca se regaba la noticia de las delicias que se vendían, pero nunca se nos pasó por la cabeza que nuestro local llegaría a ser tan reconocido”, dijo Betty Solórzano.

Ella explicó que el terremoto fue uno de los golpes más duros que sufrió, pues no sabía qué hacer para seguir sustentando a su familia y a las personas que trabajaban con ella.

“Mis hijos fueron mi fortaleza. Me dijeron que si yo sola había podido levantar ese negocio ahora con ayuda de ellos surgiríamos mucho mejor y así fue”, indicó.

Anoche, con una misa se reinauguró el local “Jean Pierre”, de dos pisos con tres áreas de atención, dos para comidas y otra para reuniones.