De los 20 ministerios y secretarías nacionales que conforman el esquema del Gobierno central, solo uno está encabezado por un ciudadano nacido en Manabí. Hasta el mes pasado existió el Ministerio de Acuacultura y Pesca, pero desapareció por la necesidad de reducir el tamaño del Estado y con ello se perdió un importante espacio para tratar el principal rubro económico de la provincia. 

La presencia manabita es importante para que la realidad del 10 % de la población nacional que representa, sea representada con más fidelidad ante el Ejecutivo. Como muestra de esta falta de ver la realidad apropiadamente, se puede citar la reciente visita del presidente Moreno a Pedernales y Manta, quien hasta se sintió en la necesidad de pedir disculpas a Manabí por lo que vio.

Eso da a entender que los informes han estado mostrando una imagen que no se corresponde con la realidad.

Manabí necesita que sus representantes levanten su voz para reclamar que la región reciba una atención más eficiente post terremoto, que se pelee por la descentralización del Estado, que se impulse sus proyectos. La representación política, materializada en la designación de manabitas como altos funcionarios, puede ayudar a ello.

Es de esperar que con los cambios que se anuncian en el gabinete, se tome en cuenta a profesionales manabitas que puedan poner su preparación y trayectoria al servicio del país, más allá de las conveniencias políticas.