Se hace presente otra vez el amor a las letras que reciben los chonenses de aquel hecho inigualable, protagonizado por Amadeo Bolaños, Raymundo Aveiga Moreira, Oswaldo Castro Intriago, de publicar un periódico, “El Iris”, que fue elaborado a pulso, entre 40 y 60 ejemplares, al no tener una imprenta para imprimirlo, pero el Semanario circulaba y llevaba la opinión a la vez que recibía respaldos que culminaron brillantemente cuando el Coronel Juan Crescencio Álvarez obsequia una máquina de imprenta a los jóvenes periodistas, y el “IRIS” seguirá siendo vocero de todas las ideas y sentimientos del pueblo de Chone de 1915 hacia adelante. 

Este “IRIS” es el que continúa expresando lo ya dicho, cuando la maestra emérita y literaria innata Lic. Josefina Viteri Mendoza (+) funda el Club de Lecturas “IRIS”, que congrega a todos los amantes de las letras, acción que se expande rápidamente en Chone y en otros clubes en Calceta y Portoviejo, a la vez que se instauran los cafés literarios octubrinos, en que van apareciendo nuevas obras de diferentes autores y temas, con el beneplácito de una gran audiencia de lectores, más que todo jóvenes  que ahora presentan sus obras a cientos de asistentes a cada evento y reunión de “IRIS”. 

Así Lorena Loor Mendoza presenta su obra “La Florita”, vida legítima de Chone y de su río, rumbo a Bahía de Caráquez; doña Yhudy Muñoz Cedeño lanza su libro “Doña Cándida”, todo un éxito. Doña Amalia Cedeño de Vera brinda un adelanto de su nueva obra en poéticos versos; Norma Moreira Hidrovo pone a consideración su ensayo “Léxico manaba” y Marcos Sabando Andrade entrega sus “Frutos y leyendas”,  que igual participan en la Flor de Septiembre olmedina de Portoviejo.

Si a todo esto añadimos una serie de cuentos, poemas, relatos campesinos, historias del ayer manabita y del presente citadino que se van recogiendo por los habitués de las reuniones mensuales de “IRIS”, ahora dirigido con mucho acierto, por la Lic. Gardenia Viteri de Arteaga, acompañada de un gran número de damas que ingresan al Club chonense, y unidos a los socios vigentes, van convirtiéndose en extensionistas culturales que amplían los horizontes de las letras y las artes justamente cuando nuevas generaciones se hacen presentes con sus inquietudes y realizaciones literarias que fueron quimeras de los iniciadores de un “IRIS” intelectual eterno cuyos fines serán inconmensurables en el tiempo literario.