Líder Delgado creció con esta feria y todo lo que ella trae. Desde el ruido con megáfonos, altoparlantes, discomóvil, que inicia por la mañana y termina por la noche, hasta la insalubridad e incomodidad porque las calles se vuelven un río de gente. No hay dónde poner un pie, dice. 

Incluso hasta entrar a sus casas es complicado para ellos, porque los puestos cubren casi todo con sus carpas de plástico. También sus negocios. Para ellos, los comerciantes nativos, las ventas decaen, y  así ha sido todos los años durante las fiestas de su cantón. 

A pesar de que el local de artesanías de Líder esté abierto, nadie parece notarlo y los peregrinos se quedan comprando en la calle.  

Gustavo Reyes vive en la misma calle que Líder, es dueño de un taller  mecánico de tornería y frente a su puerta sucede lo mismo, sin que pueda hacer nada para evitarlo. “Esos días me veo perjudicado económicamente porque no puedo hacer mi trabajo, que es de lo que vivo”, dijo. A eso se suma que en el portal de su casa suele encontrar heces y bolsas con orina. 

Antonio Castillo sufre problemas similares, y como el garaje de su casa queda obstaculizado, le toca junto con su familia alquilar un lugar donde dejar su carro, lejos de su casa y de la feria, para poder movilizarse todos los días hacia sus trabajos. Por eso cree que una de las soluciones es acortar los días de la feria, que los comerciantes se queden hasta el día después de que termina la fiesta (el 22 de noviembre) o que se la cambie de sitio. 

En esta última opción coinciden todos: la feria debe irse de estas calles. Creen que debe ser trasladada a un sitio con mejores condiciones para la comodidad de todos, comerciantes, feligreses y habitantes. 

El jefe político de Montecristi, Carlos Delgado, aseguró que este año se tomarán varias medidas para mejorar el desenvolvimiento de la feria, como baños móviles, cincuenta personas que resguardarán el lugar, entre la Policía y miembros de Seguridad Ciudadana, para evitar desorden. Además, hay prohibición de que los vendedores se pongan en los alrededores del centro de salud y se reorganizará el tránsito para evitar que haya caos. 

 

La fiesta. La novena en honor a la Virgen de Monserrate empezó en 1947, y desde entonces cada 11 noviembre inicia su fiesta. Los días previos a la procesión con que se cierra la celebración, el 21 de noviembre, los feligreses caminan hasta el santuario desde distintos cantones de Manabí. 

También llegan de otras provincias.  Durante esta semana la presencia de feligreses ha sido notoria en algunas vías de Manabí. Por ejemplo, en la vía Portoviejo-Manta, los creyentes van en grupos y otros en parejas hasta el altar de la Virgen.

Ayer se observó a decenas de personas caminando desde el redondel de La Tejedora hasta la iglesia de Montecristi para rezarle a la Virgen.

En horas de la mañana, la presencia de devotos en el templo religioso era multitudinaria. Muchos encendieron velas y otros le rezaron a la Virgen para que les conceda un milagro. Marcos Delgado vive en Colorado de Montecristi y a sus 65 años de edad caminó hasta la iglesia para visitarla. El 21 de este mes será la procesión mayor.