Los hidrantes son surtidores de agua que, en caso de emergencia, pueden ser utilizados para el abastecimiento, especialmente a los vehículos de lucha contra incendios.

Con frecuencia el agua de las motobombas se agota a los pocos minutos, debido a la presión con la que desalojan el líquido. Eso las obliga a acudir a otros lugares para reabastecerse.

Los hidrantes, estratégicamente ubicados, permiten el abastecimiento oportuno, con lo que se ganan minutos que pueden ser vitales para el combate al fuego. En otras palabras, son vitales para la seguridad ciudadana.

En Portoviejo, un diagnóstico del Cuerpo de Bomberos concluyó que de los 120 hidrantes que existen en el cantón, apenas 52 están habilitados. La empresa Portoaguas, en cambio, asegura que hay 81 en la ciudad y de ellos 40 están funcionando.

Esto debe motivar la preocupación de las autoridades. Bienes estratégicos como estos no pueden permanecer abandonados, sin prestar utilidad, en una ciudad en la que no siempre el agua está disponible en la red pública.

Si bien se ha anunciado que la solución podría darse el próximo año, es necesario que se defina un plan de acción para que se lo haga sin prórrogas de plazo y con el presupuesto suficiente, a fin de garantizar el oportuno abastecimiento a las unidades bomberiles en las emergencias que pudieran presentarse.