Actualizado hace: 937 días 22 horas 37 minutos
El “Emoliente” les da esperanza

Tres veces a la semana Carlos Macías llega al puesto de “El peruano”, como lo conocen, y pide la bebida que lo ayuda.

Domingo 21 Octubre 2018 | 08:00

Solicita un “emoliente”, un brebaje caliente y viscoso,  hecho a base de plantas curativas que para muchos es un elixir que los alienta.

Según Macías, la bebida le ayudó a disminuir el colesterol y tiene “fórmulas” para cada problema. Las soluciones son infinitas. Unos piden para la gripe, otros para bajar los triglicéridos y otros, más optimistas, hasta para potenciar la actividad sexual.
Esta bebida la introdujeron comerciantes que llegaron  de Perú hace unos 10 años.
Manuel Jesús Morales, “El peruano”, llegó desde Huánuco, una ciudad del Oriente donde hay cientos de locales rodantes vendiendo la bebida. Señala que plantas como capuri, chancapiedra, hoja de achiote y más ayudan a las personas. Explica que en Perú respetan mucho el poder curativo de las plantas y prefieren tratase de esa manera, de forma natural. 
Menciona que esta bebida, que es muy tradicional allá, se compone de 200 plantas que se cosechan sobre todo en Tarapoto, un pueblo de la selva peruana.
El remedio. Explicó que se ponen las plantas a cocinar en grandes ollas, donde el brebaje permanece caliente, y cuando el cliente llega en busca de su dosis, primero le da una copa de otra bebida llamada el amargo, luego el “tratamiento” se completa con una segunda dosis de un líquido rosáceo y menos ácido y, finalmente, hay una tercera dosis más “suave”. El usuario sólo las bebe y no hace más preguntas, confiado en el conocimiento del extranjero y sus plantas milagrosas.
Al final viene el emoliente, para lo cual Morales extrae el líquido viscoso de la planta de sábila, que coloca en un vaso y lo mezcla con el caldo caliente de las plantas que está hirviendo y la bate hasta que se funden en una sola y así caliente la persona la bebe. Muchos sudan mientras el líquido ingresa. El sabor es bueno, asegura Ruddy Santana, quien es de Montecristi, pero cada vez que llega a Portoviejo aprovecha para tomarse un vaso. Dice que se siente bien y eso lo mantiene con buena salud.
A la bebida se le adicionan otras sustancias que el experto trae desde Perú. Son polvos o cápsulas que ayudan, según el dibujo del frasco, a fortalecer el cerebro, disolver los cálculos, eliminar la tos y tantas propiedades curativas que les atribuyen. 

 

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