Desde la primera información que tuve desde hace una semana sobre este tren playero, se me vino a la mente escribir este comentario sugiriendo la extensión de su recorrido hasta Bahía de Caráquez, pasando por las playas de Crucita, San Jacinto y San Clemente. Y el título de mi escrito era “Tren a Bahía”, el que he tenido que cambiarlo por “El Tren Playero”, en vista que la colega de opinión Rosa Dalia Cevallos ya lo utilizó en su comentario del viernes 12 en la columna que ella mantiene en El Diario y en el que sugiere precisamente que ese recorrido llegue hasta Bahía de Caráquez.

Indudablemente que no todas las opiniones son favorables a este proyectado tren playero. Como es normal en nuestro país, los “contreras” no han dejado de existir y ya se han manifestado opuestos con diversidad de argumentos.

Pero, así mismo se tiene por el otro lado la gran cantidad de quienes apoyan esta extraordinaria obra, sugiriéndose su extensión no solamente hasta Bahía de Caráquez, sino hasta Pedernales, pasando por San Vicente, Briceño, Canoa y Jama, es decir, incluyendo esta vasta zona costera del norte manabita.

A más de la importancia que tendría este tren playero por su fomento turístico y comercial, hay que destacar que la intención del gobierno es que el país no necesitaría aumentar la exagerada deuda pública, ya que la obra sería concesionada y financiada por entes particulares,  los que durante 40 años se encargarían de su administración, mantenimiento y recuperación de lo invertido a través  de la tasa de utilización del tren.

Valga la oportunidad en insistir en nuestro repetido pedido que tiene que ver con la reactivación económica de las ciudades y zonas afectadas por el terremoto del 16 A.  Y  los cantones Portoviejo y Sucre están entre estos y cuya rehabilitación no ha sido posible conseguirla aún. Bahía de Caráquez está a la vista de todos para que se palpe lo que se necesita por acá, lo que se hace necesario incluir a esta ciudad como terminal del proyecto, con la intención que más tarde se lo lleve al otro lado hasta Pedernales.

Y para dar mayor seguridad a la obra esta debe comenzar simultáneamente por los dos polos. Es  decir, en Daule y en  Bahía de Caráquez.

Hágase esta obra, pero, hágasela completa, incluyendo todo nuestro importante perfil costanero. Y que esta sea la magna obra del siglo XXI, por lo cual todos debemos luchar juntos y decididos.