En la ciudad china de Hangzhou, provincia de Zhejiang, los padres de los alumnos de una escuela impusieron un boicot social al progenitor de uno de los estudiantes por utilizar un lujoso coche deportivo para llevar al niño al centro educativo.
El hombre, un ejecutivo de una empresa identificado como Li, llevó a su hijo a la escuela en un Ferrari, provocando malestar en los demás padres, quienes se quejaron en un grupo de ‘chat’. Uno de los maestros advirtió a Li que llevar a su hijo a la escuela en un coche de lujo podía estropear el espíritu de compañerismo y la unidad entre los estudiantes. El maestro fue apoyado por los padres, que aconsejaron al ejecutivo que se comprara un auto barato para llevar a su hijo a la escuela.