“La media naranja nace de la mitología y como mito nos ha hecho creer que para estar completos debemos encontrar a alguien que comparta nuestros gustos e intereses”, menciona el profesional. 

Él, sin embargo, es crítico de esta teoría, pues considera que transmite una imagen poco real de lo que es el amor de pareja o de lo que debe ser. 

“Esto nos hace suponer que es una desgracia no encontrar a alguien y que no podemos ser felices sin esa parte que nos falta. Nos hace confundir dependencia emocional con amor”, agrega. 

Para este profesional, dar inicio a una relación sentimental es algo relativamente fácil. “Basta con que haya una atracción física mutua y compartir algunos intereses”, menciona.

Sin embargo, añade que creer esto puede hacer que se cometan errores.

“Toda esta ilusión va cayéndose con el paso del tiempo. Hay personas que piensan que la relación de pareja tiene que ser siempre como las primeras semanas, de las mariposas en el estómago, arcoíris de colores brillantes. El problema surge cuando la relación cambia y empieza a evolucionar, ahí la persona va a sentir que ya nada es como antes  y duda de si la otra persona es realmente su media naranja y termina abandonando esa relación, buscando una persona que sí sea esa mitad que supuestamente le falta”, indica. 

 

Por amor. Con este concepto coincide Katherine Menéndez, psicóloga clínica manabita. 

Ella menciona que es un grave error dedicarse a buscar una media naranja. “Suena bonito y romántico, pero llevándolo a la realidad no es así”, dice.

“Esto es un buen argumento para una película, pero no para la vida real. En el mundo las personas debemos entender que todos tenemos defectos y no podemos tratar de huir al primer problema que se nos presente porque creamos que nuestra pareja no es la media naranja que necesitamos”, complementa.

Añade que una relación debe ser entre personas que se sienten completas y que eligen a su pareja por amor, no por obligación.