La frecuencia con la que en las últimas semanas se han registrado accidentes de tránsito fatales que involucran a buses con pasajeros, demanda una inmediata acción por parte del Gobierno y la aplicación de controles más severos.

La prevención de accidentes de tránsito debe ser considerada ya como una política de Estado, pues se trata de precautelar la vida y la integridad de los ciudadanos en las vías.

El Pacto Nacional por la Seguridad Vial, firmado en agosto, es prioritario; pero mientras se trabaja en sus definiciones y ejecución, que demandan tiempo y gestiones, se debe trabajar en la aplicación de medidas urgentes para evitar que los accidentes de tránsito sigan sembrando luto y dolor sobre las carreteras.

Las estadísticas reflejan alarmantes datos. En mes y medio han ocurrido seis accidentes de tránsito que involucran a buses de pasajeros y han dejado 64 víctimas mortales. Según los organismos que controlan el tránsito, este año, hasta agosto, 143 buses han estado involucrados en percances.

Es recomendable que se aumente el control en las terminales terrestres y en las vías, con el fin de garantizar la buena condición de los vehículos y la idoneidad del personal que trabaja al interior de las unidades de transporte.

Hay que promover, también, cambios en las leyes. No es posible que un conductor que ha perdido casi la totalidad de puntos en su licencia como consecuencia de sucesivas violaciones a las normas pueda seguir manejando unidades de transporte masivo.

Es de esperar que el pacto, cuyos pilares son la institucionalidad, vías de tránsito, vehículos y usuarios más seguros, y respuestas eficaces a los accidentes de tránsito, se ejecute con la conveniencia que espera todo el país. Entre tanto, las medidas preventivas son vitales y urgentes.