El significado dado por el autor a la frase introductiva de esta nota, lo resume en las estrofas destinadas a describir el Infierno al que van a parar aquellos que durante su existencia terrenal se dedican a hacer el mal en su provecho personal, prometiendo maravillas que jamás convertirán en realidad, tal y cual, sin mayores esfuerzos, podemos comprobarlo escuchando a candidatos a cualquier dignidad durante las campañas electorales que, al llegar a los cargos apetecidos, incumplen lo prometido.

Ejemplo palpable lo tenemos en la anunciada y manoseada Ley Orgánica de Comunicación Amordazada (LOCA), cuya derogatoria (primero) y luego (reforma) ofrecieron en campaña todos los candidatos a la presidencia de la República y todos los aspirantes a ocupar curules en la Asamblea Nacional.

Resultados hasta la actualidad: Al cabo de 28 meses desde que asumió el poder el presidente Lenín II, todavía se encuentra entre los vaivenes políticos de asambleístas de todas las tendencias, las “buenas intenciones” y todo el bla bla inocuo y zalamero de la campaña electoral escuchado acerca de la necesidad de tirar a la basura la LOCA (primerito). Y luego (ya en el poder), como un chupete de última hora, se sigue debatiendo reformas a cuarenta artículos y derogatoria de once más sin llegar a ningún acuerdo concreto… todavía.

Pero (el infaltable), esta vez, por lo menos vamos a dejar señalados para la historia y las futuras elecciones, a quienes en realidad tratan de cumplir, aunque con mucho retraso, la promesa que hicieron antes de las elecciones, de reformar, por lo menos, la LOCA: A saber: Jorge Corozo, Jonathan Parra y Carlos Cambala (Alianza PAIS), César Carrión y Jannine Cruz (CREO), Jaime Olivo (Pachakutik) y Tito Puenchir (PSC) acaban de votar a favor del informe que se basa en la iniciativa presentada por el Ejecutivo y en catorce propuestas más en la Comisión de Derechos Colectivos de la Asamblea, mientras que los correístas: José Chala, Marcela Holguín y Carmen García se abstuvieron, que es lo mismo o peor que si hubiesen votado en contra.

La mayoría de la Comisión ratifica la postura del Ejecutivo, de eliminar la Superintendencia de Comunicación, las sanciones a medios de comunicación y figuras como el linchamiento mediático, y además, busca enmarcarse en los instrumentos internacionales sobre libertad de expresión.

Otro elemento positivo del proyecto de reformas, constituye sin duda la investigación del supuesto mal reparto de frecuencias de radio y televisión, para lo cual y a futuro se establecerán tres mecanismos: adjudicación directa de autorización de frecuencias para los medios públicos, adjudicación directa de autorización de frecuencias para los pueblos y nacionalidades y el concurso público abierto y transparente para los medos privados y comunitarios.

Mientras: la LOCA sigue esperando. ¿Hasta cuándo padre Almeida?