Así de denomina a aquellos tubitos plásticos utilizados para sorber el líquido de las variadas bebidas, de consumo popular y generalizado en todo el mundo.

La intención es desterrarlos para evitar que, una vez desechados, se conviertan en un problema para el medio ambiente, pues en razón de la estructura de plástico su degradación perdurará por cerca de doscientos años, atentando contra la ecología de la zona.

Por ello, el departamento del Medio Ambiente del GPM ha preparado el documento que, una vez sancionado y en uso, iniciará con Portoviejo su aplicación, como ciudad piloto, para posteriormente difundirla en toda la provincia.

Si bien es plausible la intención, hay que concienciar a la gente del real peligro del uso de todos los materiales no biodegradables, como son los de plástico, en todas sus decenas de formas creadas por el ingenio del hombre, como las fundas, los guantes, los envases, etc., de mundial comercialización.

Por ello sería adecuado que, de a poco, se vaya prohibiendo la comercialización y utilización de estos, para retornar al empleo de los artículos de fácil desintegración, reusables y retornables de antes.