Tras la goleada cosechada en su debut frente a Arabia Saudita, los dueños de casa se presentaron con una actitud agresiva en busca de concretar el deseo de avanzar a los octavos de final. Llevan seis puntos, han marcado ocho goles y sólo han recibido uno.

Egipto para enfrentar a Rusia contó con el delantero Mohamed Salah, que no llegó al cien por ciento desde el aspecto físico, sin embargo su presencia le dio jerarquía al once inicial, pero al final eso no bastó. 

>duelo. Desde el arranque quedó clara la diferencia de intensidad. Rusia siempre con el acelerador a fondo y Egipto tratando de jugar prolijo, con más técnica que velocidad. Por eso no fue extraño que el trámite arrancara mejor para los locales, que se fueron diluyendo con el correr de los minutos, cuando el desgaste físico empezó a pasarles factura.

En el inicio del complemento sucedió lo inesperado: una catástrofe defensiva interpretada por Ahmed Fathy dejó indefenso a Mohamed El Shenawy y abrió el marcador a favor del combinado liderado por Cherchesov. El inesperado 1-0 hizo reaccionar al conjunto africano, pero la falta de efectividad de Salah no contribuía con la misión egipcia.

El gol rompió todo lo que estaba armado y encaminó a otro triunfo cómodo de Rusia. En tres minutos, Denis Cheryshev y Artem Dzyuba liquidaron la historia a pura potencia física y efectividad apabullante, marcando sendos goles.

Cuando restaba un cuarto de hora para el final, un penal ejecutado por Salah sirvió para decorar un resultado que dejó a Egipto en las puertas de la eliminación. 

El gol de Salah fue el primer tanto del país norteafricano en un Mundial desde hace 28 años, cuando participaron por última vez, en Italia 1990.

Tras la derrota ante Rusia, el entrenador Héctor Cúper señaló que su equipo tuvo minutos fatales. “Creo que hicimos un gran primer tiempo pero a veces en un partido de 94 minutos hemos tenido entre 10 y 15 minutos fatales y esa fue la causa de la derrota, en algunas ocasiones nos faltó suerte de que entrara la pelota”, señaló.