Aquel día tomó posesión junto a seis jueces más. Y el juramento lo hizo ante el entonces presidente del Consejo de la Judicatura, Gustavo Jalkh, cesado el pasado 4 de junio.  Fue él quien destacó los méritos de los nuevos magistrados, entre ellos, de Camacho. “Provienen de la carrera judicial. Muchos tienen décadas trabajando para administrar justicia y esa es otra razón por la que nos llena de orgullo la actual Función Judicial, cuyos miembros demostraron preparación para enfrentar con éxito el más riguroso proceso de selección de juristas del país”. Camacho obtuvo la mejor calificación entre 596 postulantes. Para quienes la conocen no era una novedad: siempre ha sido prolija en lo académico y profesional. Es doctora en Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica, máster en Derecho Procesal; fue fiscal penal de Pichincha y también fiscal de Asuntos Indígenas. También fue jefa de protección y asistencia a víctimas y testigos.         

Ante posibles intimidaciones, las autoridades han dispuesto aumentar la protección de los 21 jueces de la Corte de Justicia, pero particularmente para Daniella Camacho. Quienes la conocen defienden su honestidad y rigor, aunque tampoco niegan que ella ascendió profesionalmente en la década correísta. Esa utopía y equilibrio de la justicia ha sido tema recurrente en sus artículos académicos, entre ellos: El delito de acoso sexual, La demanda de daño por error y Las presunciones como fundamento para dictar una sentencia de condena.