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Agua que saldría del acueducto forma río

Desde que el acueducto de la Refinería de Manabí comenzó a operar, el agua ha formado un riachuelo de unos 20 kilómetros de largo, según habitantes de la zona.

Domingo 20 Mayo 2018 | 11:00

El líquido escapa al pie de los terrenos donde se pretende levantar la petroquímica, en El Aromo, zona rural de Manta. Y según los moradores, proviene del propio acueducto inaugurado en diciembre del 2016.

Ese sistema de 94 kilómetros de largo le costó al país $ 334 millones y se lo hizo para abastecer de agua a la todavía refinería en papeles. Su función comprende captar el agua cruda desde la represa La Esperanza, en el cantón Bolívar, para bombearla hasta el punto donde se la requiere.
En el sitio San Juan de Manta hay agricultores que muestran satisfacción por esos miles de litros de agua que, dicen, escapan desde El Aromo, pues el río que se forma atraviesa los campos agrícolas de la comunidad.
Eso les ha permitido retomar la siembra de frutas, verduras y hortalizas. 
A Ramón Mero, por ejemplo, el líquido le ha ayudado en los sembríos de melones y sandías que luego vendió en un mercado de la ciudad. “El dinero me sirvió para la comida”, expresa.
Ahora espera que hasta el próximo mes estén listos para cosecha los plátanos, yucas, frijoles, papayas, maracuyás y los camotes. Una parte venderá y otra se quedará en casa. 
Ha logrado sembrar -reitera- gracias al agua que se escapa de ese millonario acueducto, que no cumple el objetivo para el que fue construido. 
Aquel agricultor solo sembraba en época invernal, pero desde el 2016 lo hace durante todo el año aprovechando la situación. 
Él cuenta que no es el único favorecido: otros agricultores del lugar, en su mayoría, aprovechan a sembrar en tierras donde antes no se podía debido a la sequía. Todos los agricultores utilizan bombas para captar el servicio desde el río y así regar la plantación.
Juan Mero es otro de ellos. En su terreno ha plantado maíz y camote que antes lo podía hacer solo con lluvias de enero a marzo. 
Hoy, Mero dice vivir una oportunidad que no quiere desaprovechar. Él conoce que el agua proviene de la Refinería de Manabí. No sabe la razón, aunque eso es lo que menos le interesa mientras el agua fluya las 24 horas. 
El recorrido.  Un equipo de El Diario recorrió durante cuatro horas el cauce para determinar de dónde provenía el agua.
Durante el trayecto fue inevitable calcular que eran miles de litros los que fluían por el cauce debido a la corriente y el caudal. 
Incluso, a consecuencia de aquello se han formado pozos y cascadas donde las personas podrían bañarse. 
Al finalizar el trayecto se pudo detectar que el agua salía desde los predios donde se prevé construir la Refinería. 
Desde ese punto corre el líquido hasta terminar mezclado con las aguas del río Manta que desemboca en la playa de Tarqui.
Al pie de los terrenos de la Refinería hay cuatro ductos circulares por donde baja el agua y que se conectan con un canal hecho como parte del proyecto petroquímico.
El 10 de mayo, a través de un correo electrónico, se solicitó al Ministerio de Hidrocarburos, a cargo de la Refinería  de Manabí, que confirme si el agua proviene directamente del acueducto que termina en la zona, por qué se lo hace y cuántos metros cúbicos por día son. O, de ser el caso, si existía alguna rotura de la tubería. 
Sin embargo, el ministerio no ha respondido el requerimiento de información.
Leonardo López, ciudadano, considera este hecho como parte del plan de remediación ambiental, pero esto tampoco fue aclarado por el departamento de Comunicación del ministerio. 
Lo que se conoce de manera oficial es que el acueducto ya está transportando agua cruda desde la represa La Esperanza. Su capacidad de traslado es de 144 mil metros cúbicos por día. De esa cifra, según la idea que el Gobierno mantiene, se espera que casi 100 mil m3 lleguen a la petroquímica cuando ésta funcione. Y el restante se distribuye actualmente a los cantones Montecristi, Jaramijó y Manta, para su respectiva potabilización.  
De ahí nace la presunción, dice Isidoro Montalván, concejal rural por el partido político SUMA, que el agua que hoy fluye por el río es la que está llegando al terreno de la Refinería a través del acueducto.
“Aunque no me consta, eso es lo que aseguran todos los pobladores de la zona: que el agua se está botando de la Refinería. Por eso he pedido a la Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM) que investigue y ofrezca una respuesta referente a ese tema”, menciona Montalván. 
El edil también descarta toda posibilidad de que el agua surja de las  montañas del bosque húmedo de Pacoche, pues, afirma, nunca antes en la historia esa zona húmeda ha logrado generar tanto líquido como el que llega ahora por el río.    
Datos. En un reportaje publicado en septiembre de 2017 por diario El Comercio, se informó que el acueducto está bombeando solo 48 mil metros cúbicos de agua al día desde su inauguración.    
De ser así, entonces lo que estaría escapando por el río son 17.600 m3 ya que los otros 30.400 está llegando a las plantas potabilizadoras de Manta, Jaramijó y Montecristi. 
El acueducto fue construido por Odebrecht, la empresa brasileña acusada en este y otros países del mundo de sobornar económicamente a funcionarios y decenas de autoridades a cambio de adjudicarse grandes contratos de obras. 
Los trabajos, que iniciaron en el Gobierno de Rafael Correa, forman parte del proyecto general Refinería Manabí, una mega obra que ha captado el interés de inversión de tres consorcios internacionales: de China, Rusia y Reino Unido, según anunció el 15 de mayo el ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana.  
En abril del 2013 Refinería de Manabí licitó el proyecto con un costo referencial de 168 millones de dólares. De acuerdo a documentos contractuales, cinco oferentes se presentaron en aquel entonces, cuatro fueron rechazados y sólo quedó Odebrecht. Luego esta empresa valoró el contrato que se firmó luego en $ 259 millones y terminó cobrando $ 334 millones, es decir, casi el doble, sobre el precio que inició como una referencia. 
El acueducto es una de las obras más costosas hechas  en la historia de Manabí y del país. 
Más alta, por ejemplo, que el mismo Carrizal Chone cuyo valor fue un poco más de los $ 210 millones en sus dos etapas. El puente Bahía San Vicente se facturó en $ 102 millones. 
La hidroeléctrica Quijos, en la provincia de Napo, se valoró en USD 138 millones.    
Lo más preocupante del acueducto es que no está prestando un servicio completo.
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