Milton Soledispa, presidente de la comuna La Fortuna, declaró que cultivó 60.000 plantas de sandía. Antes de que  iniciaran las fumigaciones por parte de Agrícola El Naranjo los cultivos estaban bien. “Pero a raíz de las mismas, todo empeoró”, dijo. 

“Según mis cálculos, fueron cuatro semanas de fumigaciones permanentes, lo que provocó que la sandía se marchitara y el fruto no creciera”, agregó.

Las pérdidas fueron de  unos 25.000 dólares. 

César Ayong, uno de los agricultores reclamantes, comentó que él tiene un sembrío de cinco hectáreas de cultivo orgánico de badea de un año, que ya comenzaban a dar frutos y también se estropearon. 

Agrícola. Juan Pablo Cedeño, gerente de Agrícola El Naranjo, señaló que el proceso de fumigación estaba dentro de un marco de acuerdo realizado en el 2017, en el que los agricultores les permitían siempre y cuando no hubiera afectaciones, y en caso de haberlas, se diera la reparación de los daños. 

“Luego de hacer un recorrido en varias zonas, donde se hizo un  estudio de suelo y de hojas, se ejecutó un barrido de 580 moléculas, no se encontraron ingredientes que se utilicen en nuestras fumigaciones. Se encontraron herbicidas que deterioran el suelo, por lo que rechazo la posición de los agricultores de culpabilizarnos de la pérdida de sus sembríos que también tienen que ver con la falta de lluvias”, agregó. 

Se conoció también que existe una ordenanza municipal que sanciona con 10 salarios básicos la fumigación aérea, pero que esta ordenanza habría quedado en segundo plano, con el convenio realizado durante el año 2017.