Más todavía, pensamos que nunca debió serlo, incluso en el caso pasado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ( FARC), por las repercusiones que podrían tener si no se cumplieran las promesas constantes en los acuerdos. Al parecer la orden de desmovilización a los efectivos de las FARC no fue cumplida completamente, lo que debió ser comprobado por Colombia, cuyo desinterés ha generado que la frontera entre ambos países se convierta en campo de proliferación de delitos que golpean fatalmente a los ecuatorianos.

No podemos ser garantes ni prestarnos para un entendimiento entre contendientes en armas, cuando el mal a superar se lo traslada a nuestro territorio. 

De igual manera, creemos que el presidente Moreno hace lo correcto al recurrir por asesoramiento y ayuda a gobiernos amigos con entidades expertas en terrorismo, para preparar a nuestras fuerzas en esta actividad.

Las colaboraciones que llegasen deben ser bienvenidas para aprovechar los conocimientos en la materia, haciéndose necesario que el combate al narcoterrorismo, y a cualquiera de sus manifestaciones, sea considerado un objetivo nacional hasta lograr el triunfo total.