Dalton Pazmiño, coordinador zonal del Ministerio del Trabajo, dijo que el objetivo es verificar el cumplimiento de los derechos de los trabajadores extranjeros que laboran en el sector público, privado, organizaciones de economía popular y solidaria, mixto y comunitario.

El instructivo se basa ante las alertas generadas a nivel nacional de ciudadanos extranjeros que  denuncieron una explotación laboral, precarización, no afiliación al seguro, exceso de jornada de trabajo, entre otros abusos por parte de empleadores, detalló.

Registro. Los empleadores deberán cargar el contrato de trabajo en la plataforma del Ministerio de Trabajo con todos los datos (ver recuadro), hasta 30 días luego de haber contratado a una persona.

Pazmiño señaló que los empleados extranjeros tienen los mismos beneficios que los ecuatorianos, es decir, una jornada laboral de ocho horas diarias, percibir al menos el Salario Básico Unificado (SBU) ($386) y demás beneficios de ley.

Advirtió que en caso de incumplimiento habrá sanciones para los empleadores (ver recuadro).

Extranjeros. Daniel Regalado, presidente de la asociación civil Venezuela en Ecuador, dijo que el instructivo es positivo por todos los beneficios que recibirían los migrantes, pero considera que “los pocos venezolanos que puedan estar trabajando, los van a despedir”.

Regalado calculó que en Manabí radican entre 8 mil a 9 mil venezolanos, y muchos de ellos han sufrido  explotación laboral.

Rafael es uno de los que ha vivido esta experiencia, pues durante una semana trabajó en una embotelladora de agua, donde le ofrecieron pagar 60 dólares a la semana pero solo recibió 30 dólares.

“Se siente una impotencia porque uno trabaja más que otras personas y no pagan lo que ofrecen”, comentó.

Su amigo Luis, en cambio ha visitado restaurantes, embotelladoras de agua, atuneras, barcos pesqueros, pero hasta ahora no ha conseguido trabajo.

Ellos viven junto a cinco personas más en un departamento que alquilan en Manta, y ahora se dedican a limpiar los parabrisas de los carros en la avenida Reales Tamarindos de Portoviejo.  Aseguran que prefieren trabajar así, pues a uno de sus amigos lo contrataron como maestro albañil. Trabajó durante 15 días pero no le pagaron ni un centavo pese a que trabajó a doble jornada y le ofrecieron 40 dólares por día, aseguraron.

Varios obreros manabitas dicen que también han quedado desempleados por la presencia de extranjeros.

Daniel Molina aseguró que trabajó como oficial de albañil en Picoazá donde le pagaban 100 dólares a la semana, pero luego fue despedido porque según él, contraron a extranjeros a quienes les pagaban $ 60.

Cristhian Gómez en cambió trabajó en una bananera en Machala donde asegura que también fue despedido por la presencia de extranjeros. 

Experiencias. Dover García es un portovejense que vivió en España durante 14 años, y menciona que vivió una historia similar a la que muchos extranjeros que ahora viven en el país.

García recuerda que cuando llegó (1999), el sueldo básico en España era de unos 600 dólares mensuales, pero en su primer trabajo le ofrecieron la mitad trabajando de 06h00 a 21h00. Era una carnicería donde  trabajó una semana, pero no le pagaron todo, indicó.

García reveló que durante los dos primeros años tuvo trabajos eventuales. En el primer departamento vivía con otras 28 personas en el mismo departamento, y si uno de ellos no tenía trabajo buscaban la manera de ayudarlo.

“Hubo chicas que incluso para vivir en un departamento se tuvieron que prostituir”, señaló García quien ahora se dedica al taxismo en Portoviejo.