La ultima visita del Presidente a la provincia deja una cosa en claro: de acuerdo a un medio de comunicación la conclusión de la visita es que “Manabí será una prioridad para el gobierno... y ha establecido cuatro líneas de acción...
Dentro del plan se ha considerado reforzar la reconstrucción y la reactivación económica en la zona que fue la más devastada en el terremoto del 16 de Abril del 2016...” ¡Qué bueno que así sea! ¡Manabí se lo merece! En realidad, la provincia necesita eso: reactivación en la concepción más amplia del término, con todo lo que ello significa. No solo se requiere, en consecuencia, concluir las obras que se iniciaron después del terremoto como reparación de edificios públicos y servicios caídos sino también empezar, pero ya, con aquellas emblemáticas que se prometieron y que por A o B razones, aún no empiezan. Como lo menciono el Presidente: hospitales de Chone, Bahía y aeropuerto de Manta.
Pero independiente de esas obras y de otras, lo importantísimo es la reactivación productiva de la provincia que es la que genera empleo y finalmente bienestar. Es preciso, como lo he dicho en muchos comentarios anteriores, recursos que se inviertan con sensatez para lograr el objetivo deseado. La historia nos enseña, “prohibido olvidar” que cualquier tragedia, provocada por el hombre o la naturaleza, se resuelve con liquidez, digan lo que digan. Es tan obvio que parece necio mencionarlo. Sin embargo, y pese al valor intrínseco del concepto, con frecuencia se olvida. Es que la liquidez hay que distribuirla a quienes generan producción en todos los niveles de negocios o emprendimientos. Es decir al mayor número de personas. Haciéndolo no solo que se crea riqueza para la sociedad en su conjunto sino que se asegura, en cierto modo, empleo para la gente, el gran objetivo del gobierno nacional, provincial y local.
Hace muy pocos días, hablé con un probable candidato a Prefecto y me agradó mucho conocer que está “empapado” de este concepto. Es que no hay otra vía. Por lo tanto hay que ofrecer herramientas y créditos oportunos a nuestra gente para que “despeguen” con emprendimientos, los que aún no lo han hecho, acompañarlos en su desarrollo a aquellos que recién se inician y fortalecer a todos los demás, cualquiera sea la naturaleza de su negocio, porque ellos luchan día a día por generar producción, servicios y trabajo en la provincia. Entonces deviene lógico, cae por su propio peso, la impostergable e imperiosa necesidad de robustecer nuestras instituciones y colaborar con ellas para que sirvan mejor a la provincia. Así se cumpliría la oferta del Presidente
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