Eduardo Aráuz Fernández es uno de los habitantes de esa calle donde no hay aceras ni bordillos, tampoco asfalto y el alumbrado es “medianamente bueno”, dijo.
El morador indicó que es paradójico que estando junto a una obra que ha demandado una millonaria inversión del Gobierno Nacional, ellos vivan olvidados.
Estamos junto a un hospital paralizado que ha costado más de 100 millones de dólares y no tenemos una calle decente, expresó. Añadió que en el municipio les ofrecieron poner material de mejoramiento en abril, fecha que le parece muy lejana, porque en la calle se forman lagunas que impiden el paso de los habitantes. Como no hay aceras, si no pueden circular por la vía tampoco pueden ir hacia los costados, porque donde debería haber aceras hay maleza y puede haber culebras.