El hombre es consciente de que su vivienda está en una zona de riesgo y manifiesta que saldría con una condición: que den una casa lista para vivir.

“Tengo gallinas, patos, y a dónde voy a andar con mis animales”, indicó.

Bolívar Mera también vive en la parte alta de esta ciudadela, donde en diciembre pasado fueron demolidas varias viviendas que resultaron afectadas en el invierno del año pasado.

Él dijo que ha sido testigo de cómo el cerro ha ido cediendo en los últimos años, pero tampoco teme por lo que pueda ocurrir.

“Lo que queremos es alumbrado, porque han dejado botado como el desierto”, expresó al señalar las terrazas de tierra que quedaron con la demolición de las casas.

ESTUDIOS. Dalton Andrade, director municipal de Riesgos, dijo que los estudios de suelo que se realizaron en esta ciudadela arrojaron que el polígono de la zona de riesgo por deslizamientos se ampliará. Anunció que el estudio indica que se deben realizar muros de contención para evitar que el cerro se siga deslizando.

“Se está buscando dinero por todas partes para poder gestionar esta obra”, manifestó, al agregar que se requieren un poco más de 900 mil dólares.

Andrade señaló que no se conoce con exactitud cuántas familias viven en la zona considerada de alto riesgo, pues deben realizar un levantamiento de información.

Indicó que el COE cantonal se reunirá para dar a conocer esta situación.