La idea fue involucrar a los bailarines que pese a su innovación en varias coreografías no han perdido la esencia del folclor esmeraldeño.

El objetivo de este intercambio de experiencias es que los artistas locales conozcan más de la cultura de cada una de las poblaciones afro que están ubicadas en el pacífico colombiano, peruano y ecuatoriano, donde aún permanece vigente este tipo de tradiciones.

Lo que se quiere es también aprender de otros ejemplos de reconocimiento al esfuerzo por conservar lo ancestral. Uno de ellos es Colombia, donde la Unesco declaró a la marimba, la danza y el canto ancestral afrodescendiente como patrimonio inmaterial de la humanidad. Aunque en esa declaratoria que se cumplió en el 2015 también se incluye al legado de los pueblos que habitan en Ecuador.

La propuesta del intercambio nació principalmente de los representantes de la asociación Presencia Negra. La intención, explican sus integrantes, es ir más allá de la danza para conocer sus orígenes y similitudes con los demás países de esa cultura.

Temas. En el intercambio se incluye un análisis sobre la época de esclavitud en varios países del continente.

Las obras que narran algunos sucesos importantes para la etnia también han sido tomadas en cuenta.

Además la herencia del continente africano es una materia de debate.