El Consejo Nacional Electoral (CNE) había aceptado como legítima a la directiva de AP designada por Moreno y desconoció a la del ala correísta, cuyo director era el excanciller Ricardo Patiño.

Moreno y Correa, en el pasado aliados y correligionarios, son ahora acérrimos rivales y se disputan la conducción de AP, el movimiento oficialista divido entre "morenistas" y "correistas".

Tras conocer el fallo del Tribunal Contencioso Electoral, Correa reaccionó y en su cuenta de Twitter aseguró que, a su criterio, en Ecuador "ya no existe el Estado de Derecho", por lo que se despidió del grupo oficialista con un "Adiós, AP".

"Hoy, en los 11 años de la Revolución Ciudadana, el regalo de los traidores es el robo de Alianza PAÍS, con una insólita sentencia dividida- del TCE", escribió Correa, quien gobernó el país entre enero de 2007 y mayo de 2017, cuando entregó al mando a Moreno, hasta esa fecha su amigo y correligionario.

Tras asumir el poder, Moreno se distanció de Correa y ha hecho esfuerzos para desmarcarse de su legado, en una pugna que ha desbordado, en ocasiones, el ámbito del dividido movimiento oficialista.

Moreno a acusado a su antecesor de casi todos los males del país, mientras que Correa a tildado a su sucesor de desleal y traidor.

"Nos podrán robar AP, pero jamás nuestra voluntad y convicciones. Pese a dolor, esto sólo nos fortalece ¡Hasta la victoria siempre!", escribió Correa.

El exmandatario, que tras entregar el poder a Moreno se fue a vivir en Bélgica, volvió al país para dirigir en persona la campaña por el "No" a una consulta popular impulsada por el actual Gobierno, con el objetivo de reforzar la democracia y combatir la corrupción, entre otros objetivos.

Correa y los suyos, que han calificado a la consulta popular de Moreno como "tramposa", se han anunciado últimamente como movimiento Revolución Ciudadana (RC). EFE